Varios miembros del actual y del anterior Gobierno francés, incluido el exprimer ministro, Édouard Philippe, fueron objeto este jueves de registros judiciales en sus oficinas y en sus domicilios en el ámbito de la investigación abierta por su gestión de la crisis del coronavirus.
Fuentes judiciales confirmaron a Efe que, además de a Philippe, los registros afectaron al actual ministro de Sanidad, Olivier Véran, a su predecesora, Agnès Buzyn, a la antigua portavoz del Ejecutivo, Sibeth Ndiaye y al director general de Sanidad, Jérôme Salomon.
La investigación, abierta el pasado 7 de julio sobre la base de nueve denuncias agrupadas en un mismo procedimiento (del más de medio centenar que se presentaron), corre a cargo del Tribunal de Justicia de la República, que es el competente en Francia para juzgar a miembros del Ejecutivo por el ejercicio de sus funciones dado su estatuto de aforados.
Se trata de determinar si hubo dejación de funciones de los responsables de la gestión de la crisis por abstenerse de tomar medidas para hacer frente al siniestro de la pandemia, un delito que está penado con hasta dos años de cárcel y 30.000 euros de multa.
En esta fase de la instrucción todavía no se han llevado a cabo interrogatorios, con lo que en principio la eventual imputación de las personas investigadas no debería producirse todavía.
Los registros se produjeron el mismo día en que ocho organizaciones representativas del personal sanitario han convocado una jornada de huelgas y movilizaciones para protestar por la falta de medios personales para hacer frente a la presión de la epidemia.
Los sindicatos reclaman la contratación de más personal cualificado, la apertura de camas que permita limitar el agobio de los servicios de urgencia o un aumento salarial de al menos 300 euros por mes.
Las denuncias contra los miembros del Gobierno a cargo de la gestión del coronavirus las formalizaron médicos, asociaciones y ciudadanos particulares.
La información sobre este espectacular procedimiento judicial llega unas horas después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, anunciara el miércoles la imposición de un toque de queda nocturno durante al menos cuatro semanas en la región de París y en otras ocho áreas urbanas para intentar contener la escalada de contagios de COVID-19.