El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, justificó este viernes el toque de queda que entra en vigor esta medianoche en nueve áreas urbanas del país porque la alternativa de tener que aplicar un confinamiento general en dichas zonas tendría un costo económico de 5.000 millones de euros.
"Lo que debemos evitar imperativamente es el confinamiento general de los franceses" que, entre otras cosas tendría "un impacto insoportable para la economía francesa", afirmó Le Maire en una entrevista al canal BFMTV.
Las medidas compensatorias para las empresas previstas por el Gobierno para hacer frente a este toque de queda que afectará a cerca de 20 millones de habitantes de la región de París y de otras ocho áreas urbanas con una muy alta incidencia de la epidemia supondrán un gasto presupuestario de 1.000 millones de euros.
El ministro puso en relación esa cantidad con los 5.000 millones de euros que calcula que se perderían si esas mismas ciudades se cerraran completamente con un confinamiento general.
Y también con los 15-20.000 millones mensuales que costaría un nuevo confinamiento de toda Francia.
Le Maire insistió en que esta nueva vuelta de tuerca del toque de queda es necesaria ante la evolución del coronavirus. En particular afirmó que 30.000 nuevas contaminaciones al día "no pueden dejarnos indiferentes" porque a ese ritmo rápidamente los servicios de urgencia se verían desbordados.
Aludía así al récord de 30.621 nuevos casos en 24 horas comunicado este jueves por las autoridades sanitarias, que superaba ampliamente otros récords que se habían alcanzado la semana pasada.
Salvo la primera noche, el toque de queda estará en vigor entre las 21.00 y las 6.00 horas, durante las que tendrán que estar cerrados los comercios y establecimientos que reciben público, como restaurantes, cines, teatros o salas de espectáculos.
Los trenes, los metros o los autobuses, en cualquier caso, seguirán funcionando a sus horarios habituales también por la noche para que puedan continuar los desplazamientos de las personas que tengan alguna justificación (sanitaria, laboral o de otro tipo).
Los billetes de tren o de avión podrán servir de justificante para estar fuera de casa en las horas del toque de queda.
El ministro de Economía, que se reúne esta mañana con responsables de restaurantes en la capital, en nombre de la claridad y la coherencia se mostró contrario a la propuesta de su colega de Cultura, Roselyne Bachelot, para que los cines obtengan una derogación en los horarios.
Bachelot había sugerido que las 21.00 fueran el tiempo límite de las sesiones de cine, y que la entrada sirviera para poder justificar a los espectadores su presencia en la calle después de esa hora para volver a casa.