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Viernes 01/11/2024
 

Sevilla

Acusados de la muerte del joyero piden perdón y lo achacan a un "infortunio"

La Fiscalía les acusa de golpearlo "brutalmente, dándole patadas por toda la cara, cuerpo y extremidades"

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  • Juicio crimen del joyero de Carmona. -

Los dos rumanos acusados de retener, atracar y asesinar al dueño de una joyería de Carmona (Sevilla) en 2018, hechos por los que la Fiscalía solicita 33 años de cárcel para cada uno, han asegurado que su objetivo "solo era robar" y han pedido perdón a la familia de la víctima.

Un jurado popular ha empezado a enjuiciar este martes en la Audiencia Provincial de Sevilla a G.S. e I.I., para quienes la fiscal pide 25 años por asesinato y ocho por un delito de detención ilegal como medio para cometer un robo con violencia, mientras que la defensa del primer acusado ha calificado los hechos como homicidio imprudente y la del segundo ha solicitado la absolución.



También reclama que los encausados, ambos con antecedentes por homicidio en su país, indemnicen a la viuda y las dos hijas del fallecido con un total de 631.222 euros.

El dueño de la joyería, que dos días antes había cumplido 60 años, falleció, según la Fiscalía, por "la brutalidad de los golpes" que le dieron los acusados, dos de los cuales fueron detenidos en Rumanía el 31 de enero y el 19 de abril de 2019, respectivamente.

Después de golpearlo, los asaltantes ataron al joyero y le taparon la boca con cinta americana, tras lo que, según la Fiscalía, I.A., el tercero de los atracadores, que está en busca y captura, se sentó sobre el pecho de la víctima dificultándole la respiración y cuando se intentó levantar, G.S. le propinó un fuerte rodillazo en la cabeza.

El primer encausado, G.S., ha explicado que trabajaba en su país en la construcción y conoció a I.I. a través de otro investigado, I.A., al que ha achacado la responsabilidad del robo y de los golpes que recibió el joyero.

Según este acusado, los tres aterrizaron juntos en Zaragoza a mediados de julio de 2018 y viajaron a Andalucía para faenar en una finca "entre Carmona y Arahal" , aunque finalmente no obtuvieron el trabajo.

Desde ese momento hasta el día del robo permanecieron en la finca sin trabajar y "consumiendo cocaína", ha proseguido G.S., quien ha narrado que tres días antes del atraco acudió a la tienda junto a I.A. para "arreglar un reloj".

El 6 de agosto, tras consumir "un gramo de cocaína", regresaron ambos, esta vez acompañados por I.I., y el tercer investigado les contó "de camino a Carmona" que iban a robar.

G.S. ha recalcado que el otro acusado "no sabía" lo que harían dentro, "nada más que íbamos a robar rápido y salir".

Ya en el interior de la joyería, pidieron al propietario que les enseñara más joyas después de que les sacara el reloj arreglado.

De todas formas, G.S. ha insistido en que él sustrajo las joyas de la cámara acorazada y que "solo" dio una patada con el pie al joyero, que "no sangraba" cuando huyeron y lo dejaron en el local, atado y amordazado.

"No pensé que podía morir", ha concluido G.S., que se ha mostrado "arrepentido".

El segundo acusado, que ha dicho que es "agricultor y electricista", ha corroborado el desarrollo y el propósito del viaje desde Rumanía a Sevilla.

En cuanto al robo, ha explicado que ese día consumió marihuana y que los otros investigados le dijeron que iban a entrar a robar relojes para así tener dinero con el que comprar droga y volver a Rumanía, pero también que "saldrían rápido" y que el joyero "iba a quedar en libertad".

Mientras G.S. e I.A. entraban en el local, él se quedó "vigilando" y "en ningún momento" pensó que matarían al comerciante o que este opondría resistencia, aunque ha recordado que estaba "drogado".

"Pensé que habían robado y ya está", ha añadido este encausado, que también ha pedido "disculpas" a la familia.

"Pude haberle ayudado, pero por las drogas...", ha lamentado.

La defensa de G.S. ha atribuido el suceso a una serie de "infortunios", ya que los procesados "por mala suerte no se preocuparon" del estado en que dejaron al comerciante, que además "se resistió", con lo que hubo "un rifirrafe y un intercambio de golpes"

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