Tal y como estaba previsto, la Junta de Andalucía ha incrementado las medidas de restricción por la creciente incidencia del coronavirus en La Línea de la Concepción, si bien estas no se extienden al resto de la comarca.
El hecho de que La Línea sea uno de los dos municipios -junto con Añora, en Córdoba- en nivel de alerta 4 grado 2 por la tasa de contagios por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días superior al millar ha llevado a restringir toda la actividad comercial, la hostelería y el ocio en el municipio, según ha anunciado el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Sin embargo, seguirán las clases en los colegios, a pesar de la petición expresa de interrumpirlas formulada por el alcalde linense, Juan Franco; y el de Los Barrios, Miguel Alconchel.
A nivel del Campo de Gibraltar, se mantiene el cierre perimetral de los ocho municipios, y afectaran, como al resto de Andalucia, las nuevas restricciones en cuanto al comercio, abierto hasta las 18.00 horas, y las cafeterías, hasta las 20.00 horas siempre que no vendan alcohol. Sin embargo, mantiene la condición de alerta nivel 3 y por tanto los límites de aforo y público en eventos asociados a éste. El toque de queda pasa a ser, además, de 22.00 a 6.00 horas como en el resto de Andalucía.
Las medida estarán en vigor desde la madrugada del domingo al lunes y hasta la medianoche del 23 al 24 de enero.
Tras conocerse esta decisión, el alcalde, Juan Franco, ha manifestado su conformidad: “entendemos que es una medida tremendamente dura, pero no nos queda otro remedio que apoyarla porque los números (de contagios) son más que delicados”, admitió, pues adicionalmente se “está aumentando la presión en el Hospital Comarcal de La Línea”.
La Junta no ha considerado conveniente suspender la vuelta a las clases del segundo trimestre del curso escolar, que se mantiene para el próximo lunes. En este aspecto, Juan Franco, entiende que el gobierno autonómico tendrá “las consideraciones técnicas oportunas”, pero sigue pensando que hubiera sido conveniente suspender su inicio, al menos catorce días, pues teme que “los más pequeños acaben siendo un vehículo invisible del virus en las familias”.
