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Cádiz

Cáritas ha acompañado a causa de la pandemia a más de 4.000 familias nuevas en el año 2020

Además, quiere hacer un reconocimiento al profundo dolor por las pérdidas humanas que sigue causando el coronavirus en la sociedad

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Cuando se cumple el aniversario de la declaración del estado de alarma a causa del impacto de la Covid-19 en nuestro país, Cáritas rinde cuentas de cuál ha sido su respuesta en los últimos doce meses a los graves efectos sociales de la pandemia.

Cáritas, además, quiere hacer un reconocimiento al profundo dolor por las pérdidas humanas que sigue causando el coronavirus en el conjunto de la sociedad y, como parte de ella, en la familia Cáritas y en su amplia base social.

La respuesta de Cáritas en la Diócesis de Cádiz

Desde el comienzo de la crisis sanitaria y las restricciones a la movilidad, el empeoramiento en las condiciones de vida de la población se sintió muy  rápidamente en nuestra red de recursos de acogida y asistencia. Las demandas de ayuda se intensificaron desde el mismo mes de marzo y numerosas familias que, antes no habían tenido que acudir a pedir ayuda a Cáritas comenzaron a llamar a nuestras puertas.

En términos absolutos, esta crisis ha provocado que en torno a unas 4.000 familias nuevas hayan acudido por primera vez a Cáritas o hayan acudido después de mucho tiempo sin necesitarlo.

Cáritas Diocesana de Cádiz ha centrado la respuesta a la Covid en los últimos doce meses en tres aspectos concretos:

-Mantener el apoyo a las familias con las que ya se estaba trabajando, y cuya situación se ha agravado con esta crisis.

-Acompañar a las familias que acuden por primera vez a causa de la precariedad sobrevenida ante esta realidad.

-Adaptar la acción de voluntarios y contratados a la nueva situación impuesta por el distanciamiento social para garantizar el acompañamiento a las personas que demandan el apoyo de Cáritas.

Al igual que el resto de las Cáritas Diocesanas del territorio nacional, nuestra Cáritas Diocesana de Cádiz ha tenido que reinventar su método de atención y acompañamiento a causa de la pandemia. Muchas actividades, al menos en la primera fase, fueron necesariamente suspendidas o aplazadas, como las acciones presenciales de formación, las visitas domiciliarias a mayores o los trabajos y dinámicas con grupos vulnerables. En algunos proyectos, donde la presencia física era estrictamente necesaria, las mayores dificultades vinieron por la ausencia de equipos de protección y por la falta de personal.

La pandemia nos ha llevado a incorporar un acompañamiento telemático basado en la multiplicación de la escucha telefónica y el uso de aplicaciones digitales de conexión, el recurso a transferencias económicas para sustituir las ayudas en especie o la recepción online de documentación.

Para afrontar la vulnerabilidad de las familias, agravada o sobrevenida por la crisis, Cáritas ha tratado de asegurar un seguimiento en el acompañamiento personalizado, incorporando medidas de prevención y seguridad, y, durante las semanas de confinamiento, garantizar este acompañamiento a través de teléfono y canales digitales; acompañar a personas solas, avanzar en la dignificación del derecho a la alimentación, fomentando el uso de tarjetas solidarias; y el apoyo en el propio domicilio.

Explosión de solidaridad

Más allá del compromiso de las personas voluntarias y contratadas durante la pandemia, la respuesta de Cáritas a las necesidades de esta emergencia está siendo posible gracias a la movilización social y a la explosión de solidaridad que la sociedad gaditana y española, a través de Cáritas Española, mostró desde el inicio, y que se ha manifestado de manera muy intensa desde el lanzamiento, el 14 de marzo de 2020, de la campaña “Cáritas ante el Coronavirus”.

Esta corriente de solidaridad se ha traducido en la generosa donación de personas particulares y entidades privadas que ha permitido apoyar los proyectos sociales que han dado respuesta a la crisis de la pandemia. El total de las donaciones recibidas para la campaña ha ascendido a 188.312,26 euros.

De estos fondos, el 53% provienen de 128 donantes particulares y el 47% de 32 empresas e instituciones privadas.

Por todo ello, Cáritas Diocesana de Cádiz no puede hacer otra cosa que agradecer este apoyo a nuestra labor y la gran confianza demostrada hacia nuestra dedicación y capacidad de atender la dura realidad de la pobreza material de las familias más vulnerables. La solidaridad, tanto de donantes como de colaboradores nos ha permitido seguir estando cerca de las personas afectadas.

Recursos invertidos

En términos de inversión económica a las necesidades de la pandemia, Cáritas en la Diócesis de Cádiz ha movilizado en el último año estas partidas:

– 181.000 euros a ayudas directas, que han permitido a las familias que acompañamos cubrir en parte necesidades tan básicas como la alimentación, la higiene, los gastos de vivienda o de suministros.

– 5.000 euros para la contratación de personal de refuerzo en el Comedor Social de Algeciras.

El Impacto de la pandemia en las personas excluidas

Los datos que reflejaba la memoria de actividades 2019 de Cáritas Diocesana indicaban que, en los meses previos a la COVID-19, habíamos notado un descenso en la atención prestada provocada por la mejora de la situación económica. En total, en el año 2019 Cáritas atendía 5.855 familias. Sin embargo, una vez que comienza la crisis económica derivada de la pandemia, muchas familias que habían logrado una recuperación pero precaria “sociedad insegura” vuelven a caer en la zona de exclusión, a las que se unen familias que no habían, antes, necesitado ayuda.

En datos absolutos, unas 4.000 familias se han sumado a la atención de Cáritas en el año 2020. Esto ha supuesto la necesidad de reforzar los planes de atención primaria para poder atender dichas necesidades. Estas familias responden al perfil de personas que viven en hogares que no pueden hacer frente a los gastos de suministros de su vivienda, es decir, no pueden calentarse adecuadamente o no pueden encender la luz siempre que lo necesitan. Otras familias, se han visto obligadas a cambiar de residencia para disminuir los gastos. Para casi  el 45% de los hogares atendidos por Cáritas afrontar los gastos derivados de la vivienda suponen una grave dificultad.

Un impacto especial en las familias con menores, en los mayores solos y las personas sin hogar

Cáritas constata cómo el confinamiento potenció la desigualdad tecnológica y agudizó la brecha digital, que se convierte en un factor exclusógeno, es decir, es consecuencia y a la vez causa de la exclusión social. Muchas familias acompañadas por Cáritas están en una situación de cierto apagón tecnológico al no contar con conexión ilimitada, dispositivo o competencias suficientes para manejarse en internet.

La soledad ha sido otra de los dramas impuestos por la pandemia. Aunque esta no es una realidad nueva, la situación de aislamiento físico a la que se han visto sometidas muchas personas mayores, claramente la endurece. La vulnerabilidad social evidenciada en esta crisis también pone de manifiesto los escasos recursos que existen para favorecer los cuidados en los domicilios, lo que propicia mayor desprotección en las personas mayores y en quienes las cuidan, ya sean empleadas o familiares.

El impacto de la Covid ha sido, también, tremendamente costoso para las personas sin hogar donde poder refugiarse, cuidarse o pasar el confinamiento inicial, una carencia que, si ya aumenta su vulnerabilidad de forma general, se ha visto agravada durante la pandemia al dificultarse –o imposibilitarse— el acceso a espacios de higiene y/o aislamiento. Dormir en la calle o permanecer en alojamientos temporales o de emergencia ha expuesto, además, a un alto riesgo de transmisión del virus a las personas sin hogar, una población ya de por sí de alto riesgo médico, que en muchas ocasiones se ven desproporcionalmente afectados por problemas añadidos de salud y/o discapacidad.

Impacto en el voluntariado

Los recursos humanos de Cáritas no han sido ajenos a esta crisis, muy especialmente en las personas voluntarias, sobre todo si se tiene en cuenta que una parte  importante tiene más de 65 años y, por tanto, parte de uno de los grupos de riesgo ante el virus. Esto ha supuesto una reducción significativa del voluntariado activo, que, a causa del aislamiento y autoprotección, se vio reducido en un 35% durante el confinamiento y en un 25% en estos momentos.

Una vez que se tuvo claro cómo poder recibir a las personas en las parroquias respetando las medidas de higiene y distanciamiento social, se han adaptado los lugares de acogida para poder atender con seguridad a quienes han seguido acudiendo a Cáritas. Esto ha permitido recuperar a un 75% del voluntariado que, por su propia seguridad, tuvo que permanecer inactivo durante el confinamiento.

Al mismo tiempo, en este período han sido muchas las personas que se han ofrecido a Cáritas para colaborar como voluntarios. A lo largo del año, 105 nuevas personas se han incorporado al voluntariado de Cáritas, un refuerzo esencial que, junto con la coordinación con otras entidades sociales y, cuando ha sido posible, con los servicios de las Administraciones públicas, ha sido clave para sumar fuerzas y organizar la ayuda.

Agradecimiento de Cáritas

Desde Cáritas Diocesana de Cádiz se da las gracias al voluntariado que ha estado al pie del cañón en las parroquias y proyectos o en la atención telefónica, a aquellos que tuvieron que retirarse, como medida de prudencia, y desde sus hogares nos han mantenido con su oración; un agradecimiento que se hace extensivo a nuestros trabajadores incondicionales y entregados en jornadas interminables.

Gracias al obispo diocesano, Monseñor Rafael Zornoza por su apoyo y aliento, a los párrocos que han puesto sus parroquias a disposición de Cáritas, a las hermandades y cofradías por su colaboración desinteresada y a las congregaciones religiosas.

Igualmente, gracias a los medios de comunicación que han dado a conocer el trabajo de Cáritas y por último, gracias al conjunto de la sociedad que, en momentos de tanta zozobra, de tensión e incertidumbre han acudido a paliar el dolor de los que más sufrían confiando en el trabajo de Cáritas.

Finalmente, Cáritas afirma que aún "necesitamos de la colaboración de todos. Se puede seguir siendo parte de Cáritas en este momento crucial para todos, especialmente, para los más desfavorecidos".

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