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Sábado 30/11/2024
 
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España

Madonna, encantada con su vigorexia

La diva del pop se toma muy en serio su físico y ha salido a defenderlo frente a aquellos que la acusan de ser demasiado musculosa.

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  • Madonna, encantada con su vigorexia -
La diva del pop se toma muy en serio su físico y ha salido a defenderlo frente a aquellos que la acusan de ser demasiado musculosa. Madonna sostiene que debe mantenerse en forma para actuar en sus shows, y que si tiene que aparecer ligera de ropa, mejor lucir un cuerpazo. Pese a justificarse diciendo que lo hace por "razones de salud", salta a la vista que las horas que Madonna pasa en el gimnasio son demasiadas.

A sus 51 años, Madonna parece decidida a mantener un cuerpo en la misma forma que cuando tenía treinta años menos. La cantante se machaca en el gimnasio para conseguir unos músculos desarrollados, que llaman la atención de aquellos que acusan a la artista de pasarse con sus ejercicios.

Pero Madonna está encantada con su cuerpo y no muestra intención de cambiar, tal y como ha defendido en el programa de la televisión británica 'GMTV'. La cantante de Hung Up sostiene que es por la dinámica de sus shows por lo que dedica tantas horas a poner su cuerpo a punto, y que si no lo hiciera así no sería capaz de sacar adelante sus conciertos.

"Lo hago por razones estéticas y de salud. Si tengo que salir al escenario y saltar en un par de pantalones cortos, prefiero lucir bien; además cuando actúo soy como una atleta y tengo que estar en buena forma", declaró Madonna en el programa de televisión.

"No me ha entrado el pánico, simplemente sé cuál es mi trabajo y que si quiero llevar la ropa que me apetezca prefiero tener buen aspecto", sentenció la cantante a continuación. Así, queda claro que las críticas le resbalan y que, mientras ella se vea bien, seguirá con sus espartanas jornadas en el gimnasio.

En la misma entrevista Madonna afirmó también que no descarta adoptar más niños, "nunca digas nunca. Ya tengo cuatro y me gustaría pensar que soy una buena madre"; y declaró que echa de menos su vida en Londres porque echa de menos "caminar por el vecindario. En Londres todo es más relajado que en Manhattan".

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