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Lunes 18/11/2024
 

Matrícula de deshonor

Perdices podridas

No todo se puede lograr en la vida y esa es una premisa con la que debemos partir siempre antes de marcarnos cualquier meta

Publicado: 05/07/2021 ·
12:19
· Actualizado: 05/07/2021 · 12:19
  • No siempre hay un final feliz. -
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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No todo se puede lograr en la vida y esa es una premisa con la que debemos partir siempre antes de marcarnos cualquier meta. No es cierto que los sueños se cumplen siempre, ni siquiera con esfuerzo, y por supuesto, una actitud positiva no es óbice para lograr los objetivos, aunque ayude. Si aún no te has dado cuenta de estos clichés ya es hora de tocar tierra firme y asumir esa realidad antes de que la frustración te trague por dentro.  

Estas sandeces que se cuentan en forma de frases motivadoras quedan muy bien para la típica estampita e incluso para escribir un libro -eso sí, sin plagiar que está muy feo- de esos que abres antes de levantarte de la cama. Pero la vida es mucho más controvertida que todo eso y andamos siempre disfrazando las verdades con absurdos cuentos de perdices ya podridas. Claro que no: “querer no es poder” y jamás lo será. Por mucho que lo pienses las ideas no se materializan, e incluso con esfuerzo, trabajo y dedicación. No todos lograremos ese final soñado. Pero eso sí, nadie podrá quitarnos que día a día sigamos intentándolo y con no hacerlo estaríamos asegurando el verdadero fracaso, que radica en el abandono, que se traduce en al final en cobardía para lograr nuestros propios objetivos.

La realidad es muy distinta y cierto es que, a veces, en menos ocasiones de las que deberían, se consiguen los sueños y os puedo asegurar que es una verdadera gozada. Pero no todos llegaremos a conseguir nuestras metas y es algo que deberemos asumir cuanto antes. Tomando conciencia de esta verdad se sufre más y da la sensación de que todo cuesta el doble de trabajo pero es la única forma de darse de bruces con esa realidad sin eufemismo alguno. Reconozco que la frase no es bonita y pierde ese elemento motivador de calendario, pero nos servirá para afrontar con más realismo los continuos fracasos que tendremos que vivir a lo largo de toda nuestra existencia. Yo prefiero ser realista y luchar desde esa perspectiva por lo que quiero y deseo “y que me quiten lo bailado”.

 

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