A hora que quedaron atrás las comilonas, que ya pasó hasta el roscón de Reyes, llega el momento de ponernos las pilas para mejorar nuestra salud. Se calcula, según estudios del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, que los españoles engordamos entre 3 y 5 kilos por navidades. Así empezamos las fiestas, con las comidas de empresa, continuamos con el 24 y el 31 de cenas, celebramos también en torno a la mesa año nuevo con la familia y terminamos la temporada merendando con el roscón de Reyes. Por no contar esas cantidades desmesuradas de turrones, polvorones y chocolatinas que se encuentran durante todas las navidades en los canastos y bandejas caseras al alcance de las manos golosas y que aparecen como obligado peaje en el camino hacia la nevera. Excesos de calorías, azúcares, grasas y alcohol que nuestro cuerpo no lleva tan bien como nuestro paladar y que, además, se producen en un corto periodo de tiempo, por lo que las consecuencias son lógicamente peores. No solo interviene en la ganancia de peso la dieta desequilibrada. La falta de ejercicio por asociarlo a vacaciones o descanso y una agenda de reuniones sociales, también influye de manera muy importante. Hasta un clima más desagradable o desapacible, aunque no nos podemos quejar de frío y viento este año, condicionan la falta de ganas para llevar nuestros hábitos saludables a la buena práctica.
Antes de que acudan a su médico de cabecera solicitando una analítica sin sentido, para sentirse culpables o ver lo que se esperaba, voy a permitirme darles unos consejos para perder peso y volver a recuperar la forma física:
1-Desayuna todos los días, porque si pierdes el desayuno aumentará tu apetito a mediodía y tendrás un hambre voraz a la hora de almorzar.
2-Come despacio porque facilitarás la digestión y a la vez mandas antes el mensaje al cerebro: “estoy harto”. Para favorecerlo, un truco en este caso es comer con cubiertos más pequeños de lo habitual.
3-Beber bastante agua, el clásico de los dos litros al día para hidratarse y disminuir la sensación de hambre entre comidas.
4-Comer alimentos bajos en grasa como pavo, pollo y pescados, con verduras.
5-Usar menos sal en las comidas para evitar retener más líquidos y no aumentar el apetito, pues la sal es un potenciador del sabor en las comidas y del que se abusa mucho junto con el azúcar, en los alimentos precocinados. Para aquellos que añaden sal en los platos ya cocinados, aconsejo que le añadan limón o ajo para sustituirla.
5-Hacer ejercicio, comenzando por caminar al menos una hora al día. Sé que cuesta comenzar, pero si se convierte en rutina, es una forma muy saludable de perder peso y no hay dieta que se precie sin ejercicio físico. Es inevitable e incuestionable.
Aún así, si estas medidas son difíciles de cumplir respecto a la dieta, puedo aconsejarles un truco que me facilitó mi amigo cardiólogo Ernesto Marante. Eviten en su dieta los hidratos de carbono como harinas y azúcares, estaríamos hablando de pan, harina, pasta, arroz, azúcar y patata o cualquiera de los alimentos que lo contengan. Si son de desayunar pan, les propongo que lo hagan con moderación en desayuno y almuerzo y no consuman esos alimentos mencionados, después del almuerzo y aguantando su abstinencia hasta el día siguiente. Si lo acompañamos con un poco de ejercicio, aunque se coman otros alimentos, seguro que se pierde peso.
Lo dicho, las promesas de año nuevo/vida nueva, las tenemos que llevar a cabo, porque la curva convexa de la barriga es esa pesada mochila que llevamos a cuestas y como decía una amiga mía: lo que cuidemos hoy, será lo que encontraremos mañana. Feliz 2023 y gracias por sus felicitaciones por estos artículos.