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Al compás de Huelva

El lince, ¿gran negocio para Doñana?

Resulta que en el entorno hay de todo, menos legalidad y/o estabilidad de cara a un futuro que desde ahora estará bajo el control de la clase política

Publicado: 27/12/2023 ·
11:57
· Actualizado: 27/12/2023 · 11:57
  • Cachorros de lince en Doñana. -
Autor

J. S. Canales

Periodista onubense con más de medio siglo de carrera profesional y una gran dedicación a su tierra, autor de varios libros y reconocido con el Premio de Periodismo Ciudad de Huelva en 2008

Al compás de Huelva

Plasma la historia reciente de Huelva y toma el pulso de la actualidad onubense, además de ser un altavoz de las necesidades de la capital y la provincia

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A raíz de la declaración de Doñana como Parque Nacional recuerdo que decidí escribir un libro ante el cúmulo de fantasías y hechos naturales que durante años iban favoreciendo esta aspiración de resalar algo totalmente inédito para Huelva y, curiosamente, algo que como Matalascañas llegó a ser el gran descubrimiento de Sevilla y, para los onubenses de siempre, sendos polos de atracción turísticamente hablando y al aflorar aquella feliz iniciativa de la I República de materializar el trazado de una carretera - o camino precisamente entre Almonte y Sanlúcar de Barrameda- y dejando en el aire lo del inevitable puente -¡que poca imaginación la de entonces¡- que hubiese sido realidad, lo mismo que durante años favoreció sensiblemente  el acercamiento entre Huelva y Portugal por Ayamonte…

Sí, y las cosas así llegamos a estos últimos años de un panorama algo más que incierto en Doñana y su entorno - todo, me imagino- precisamente por conseguir el control de esta singular Reserva de la Naturaleza que ahora mismo ha servido para demostrarnos que la no menos singular fauna de Doñana pesa más, mucho más, que los intereses de las poblaciones del entorno de abrirles el grifo del agua y hacer de la zona una réplica del milagro almeriense sin menospreciar el futuro turístico de la zona, precisamente menospreciado cuando por culpa de Doñana - así como suena- ese aparente boom turístico llamado ‘Costa Doñana’ se diluyó en esa inmensa laguna subterránea detectada por los años 60 y declarada de Interés Nacional por la FAO, siglas en la reciente y actual coyuntura por la que atraviesa el Parque no aparece ni siquiera por alusión.

Las cosas así, resulta que en el entorno -lógico además ante una riqueza de la comunidad desde el punto de visa agrícola- hay de todo, menos legalidad y/o estabilidad de cara a un futuro que desde ahora estará bajo el control de la clase política y, sobre todo de Madrid, por aquello de que Doñana parece un diseño a la medida de los caprichos de quienes mandan y, al final, como ha sucedido, detectadas muchas irregularidades en la captación de esas aguas regalo de la Naturaleza y cuyo disfrute parece ser una exclusiva de un territorio en torno al cual los intereses afloran por doquier y desde donde en su día llegaron a establecerse controles como la Estación Biológica de Doñana, establecida en Sevilla. No donde están los linces que desde la capital andaluza nos impusieron y ahora mismo centralizando en las Cinco Llagas unos repartos de competencias a base de incentivos monetarios que al parecer solo han sido la panacea para aumentar la crisis de un territorio del que Huelva solo sabe que está en su territorio y administran los de más allá.

Las verdad de Doñana está por escribir, porque -¿a qué obedece eso de que “Andalucía es la patria del lince?”- que mientras en Huelva mueren más personas que nacen, me imagino que en la EBD dispondrán de un registro con pastas de oro y, de vez en cuando, demostrar que con motivo del Día Internacional del Lince, Andalucía es la región con el mayor número en libertad censados, al menos 627.

Sí, Y todos con el pan debajo del sobaco asegurado, ironías aparte. Sí, y ojo con Europa, que hasta nos puede arrancar las orejas si no cumplimos con sus designios y mandatos. A todo esto Madrid se impone y Sevilla se abraza fraternalmente en medio de Doñana, y denominándose el hecho como la presencia de “Especies raras en el Parque de  Doñana”: un chiste con don Juanma y la ministra incordio dándose la mano…

Sí, todo esto me lleva a la conclusión de que cualquiera sabe cuánto dinero llega a Doñana y de cuanto participan los onubenses, al menos, del privilegiado entorno. El balance puede hacernos llevar las manos a la cabeza, porque, por ejemplo, para que los linces puedan circular por las carreteras disponen de dispositivos de alarma de última generación, incluidos pasos aéreos y subterráneos.

Sí, mientras en materia de accesibilidad hay aberraciones adiestro y siniestro y que para poner en su lugar a las personas con discapacidad hay que eliminar el término “disminuido” de la Constitución. Sí, vaya alarde sin pasar de las intenciones…

Sí, que mucho dinero para el lince y una de esas personas paga un 19% de IBI al adquirir algo más que una simple silla de ruedas eléctrica. Sí, cuanta palabrería si es que se acuerdan de quienes no ven la calle porque no tienen ascensor. Un objetivo: todo sea por el lince “gracias a la labor de quienes hacen posible una población consolidada y viable de lince ibérico”. Sí, pero ¿para qué?, porque  allí la hay en abundancia y para seguir produciendo solo piden ¡agua, agua, agua!…

 

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