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Alcalá la Real

Alcalá y la desigual transferencia hacia los emergentes

El análisis de los resultados electorales en Alcalá la Real muestra un paralelismo casi simétrico entre los votos que pierden PSOE y PP sumados, y los que ganan Podemos y Ciudadanos de forma conjunta, pero esta hipotética transferencia se hace en 3/4 partes a costa del Partido Popular

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Las elecciones andaluzas de este 22 de marzo nos han servido para hacer una foto, la primera realmente definida después de innumerables encuestas, de la evolución política que vive nuestro país en este año decisivo. En nuestro caso el interés se centra en Alcalá la Real y son los resultados en nuestro municipio los que vamos a someter a análisis. Y lo vamos a hacer evaluando de una en una cada una de las formaciones, por orden de trascendencia en base al apoyo recibido por los ciudadanos.

El Partido Socialista sale airoso de este primer gran test en las urnas. Frente a unas expectativas que situaban al PSOE en descenso frente a las formaciones emergentes, rebate  los peores augurios, y se mantiene en niveles de apoyo muy similares a los de 2012. Vuelve a ser la formación más votada con 5.816 votos, lo que supone un 47,77% de los sufragios. Si algo llama la atención, como ocurre a nivel regional, es la entereza con que el PSOE aguante el embate de la fuerte irrupción de dos formaciones en el escenario político, como son Podemos y Ciudadanos, sin apenas resentirse. El PSOE obtiene 422 votos menos que en las autonómicas de hace tres años, pero esto, con la bajada de la participación, que cae 1,9 puntos, quedándose en el 70,53%, permite que únicamente descienda un más que aceptable 1,04% en el porcentaje de voto. Las lecturas positivas que se permiten al PSOE son múltiples. Confirma la lenta progresión ascendente, al mejorar, en porcentaje, los resultados de las tres últimas citas electorales: el 45,62% obtenido en las municipales de 2011; el 45,43% de las generales de ese mismo año, y el 47,55% de las europeas de 2014. Por otro lado, se desmonta la consigna del “fin del bipartidismo” del que los partidos emergentes hacen bandera desde este 22-M, y resulta palpable, que la pérdida de peso de los dos grandes partidos tradicionales afecta mucho más al PP que al PSOE. Esto se traduce, además, en el distanciamiento entre la primera y la segunda fuerza política. Sí en las elecciones municipales de 2011, el PP llegó a situarse a 7 puntos del PSOE -45% frente al 38%- ahora la brecha vuelve a abrirse al nivel de los viejos tiempos, hasta los 18,9%. Puestos a encontrar una sombra en los números del PSOE en Alcalá la Real, lo único que parece posible asegurar es que, a corto plazo, difícilmente se repetirán resultados de en torno al 60% de los sufragios que los socialistas lograban en el pasado en nuestro municipio. Las últimas cuatro citas electorales han situado al Partido Socialista entre el 45 y el 48% de los votos. Antes y después de la llegada de Podemos y Ciudadanos, lo que indicaría una pérdida de un sector del electorado que se mantiene en el tiempo, y que se ha canalizado, seguramente en su inmensa mayoría hacia dichas formaciones.

El Partido Popular es, sin lugar a dudas, el gran perdedor en estas elecciones autonómicas. Sus resultados no admiten ni una sola lectura positiva. Son pésimos en todas sus facetas y en todas las comparativas posibles. Retrocede un 9,31% en porcentaje de voto respecto a 2012, pasando del 38,16% obtenido entonces al 28,85% que consigue ahora. El PP pierde, en términos absolutos, 1.364 votos. Resulta sorprendente a la par que tremendamente ilustrativo comprobar hasta que punto la irrupción de los llamados partidos emergentes se hace a costa de los dos grandes partidos tradicionales, pero también cómo este trasvase afecta de forma muy desigual a PP y a PSOE. Si sumamos el número de votos obtenidos por ambas formaciones comprobamos que en 2012 obtuvieron 11.115 sufragios mientras que en 2015 se han reducido a 9.329. Es decir, 1.786 votos menos. Por otro lado, si sumamos los votos que han obtenido en las elecciones de este domingo, 22 de marzo, Podemos y Ciudadanos, obtenemos 1.730 votos. Existe, pues, un paralelismo casi exacto entre lo que unos pierden y lo que otros ganan, pero esta hipotética transferencia es soportada de forma mucho más intensa por el PP que por el PSOE. Concretamente, si damos por buena esta aritmética de resultados, sólo el 23,6% de los votos que van a Podemos, Ciudadanos y muy residualmente a otras formaciones procedería del PSOE, mientras que alrededor del 76,4% provendría del Partido Popular. Por otro lado, si comparamos los resultados obtenidos por el PP con los logrados en las elecciones municipales de 2011, con una participación bastante similar a la registrada este domingo (71,5% entonces, frente a 70,5% ahora), el descalabro del PP alcanza una dimensión aún mayor, ya que suma casi 1.400 votos menos que en dicha cita, hasta ahora el techo electoral logrado por el PP en Alcalá la Real.


Podemos, tal y como se esperaba, desembarca, también, en el escenario político alcalaíno, de forma significativa. Triplica ampliamente los resultados de la anterior y única referencia previa con la que contamos, la de las europeas de 2014, cuando cosechó 289 votos en Alcalá, y de paso parece confirmar lo que también se daba por sentado, que a la sombra de este crecimiento tiene lugar el hundimiento de Izquierda Unida, la otra gran formación política con la que se disputa ese segmento político a la izquierda de la izquierda, aunque bien sea cierto que la dimensión de Podemos desborda ese ámbito ideológico y, por tanto, ese caladero de votos. Podemos alcanza en Alcalá el 8,13% de los votos y suma 990 sufragios, viniendo, de alguna forma, a ocupar un lugar que recuerda bastante al que, tradicionalmente, ha ocupado IU en nuestro municipio, como tercera fuerza. Si estamos ante un fenómeno pasajero o esta formación llega para quedarse, sólo el tiempo podrá decirlo. Al igual que si, al margen del abrigo de unas siglas y de una marca, podrá repetir ese buen resultado en las municipales del 24 de mayo.

Ciudadanos, con 740 votos y el 6,08% de los sufragios emitidos, pasa a ser la cuarta fuerza más votada en Alcalá la Real. La formación de Albert Rivera multiplica prácticamente por diez los resultados que obtenía en nuestro municipio en las europeas de hace un año, cuando sumaba 76 votos. Su evolución es paralela a la que registra en toda Andalucía y se transforma en uno de los principales dolores de cabeza para el Partido Popular, formación desde la que parece canalizar el grueso de su crecimiento. Por si fuera poco, y pese al anuncio de Susana Díaz sobre su intención de gobernar en solitario, Ciudadanos parece perfilarse como una fuerza decisiva en la futura labor de gobierno dentro del Parlamento Andaluz, algo que, posiblemente, se traslade de una u otra forma a su relevancia en el plano local.

Finalmente, Izquierda Unida comparte con el Partido Popular su condición de gran damnificada por el cambio en el mapa electoral que sale de este 22 de marzo. La formación de izquierdas cosecha unos tristes 544 votos en Alcalá, 330 menos que en 2012. En porcentaje de votos, queda por debajo del 5%, sin duda uno de los peores resultados de la Historia en nuestro municipio, y en la línea de la debacle que experimenta a nivel regional. Las propias tensiones internas de la formación en nuestra localidad, no auguran mejores noticias para la coalición, que lucha por buscar su sitio –y tal vez su propia supervivencia- en un escenario en el que el empuje de las formaciones emergentes parecen pasar factura en un momento incierto momento de transición interna.

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