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La UD Tomares cerró este fin de semana una de las temporadas más importantes de su historia, a pesar de caer en el partido de playoff de ascenso a Segunda RFEF frente al Ciudad de Lucena por 2-0. El conjunto dirigido por Manuel Luque se despide así del sueño del ascenso, pero lo hace con la cabeza alta y el orgullo de haber alcanzado un logro inédito para el club: clasificarse quinto en el Grupo X de Tercera RFEF y competir al más alto nivel en una eliminatoria que movilizó a toda su afición.
Manuel Luque, entrenador del Tomares, no ocultó su emoción y orgullo por sus jugadores, su cuerpo técnico y la afición. “Estoy orgullosísimo de mis jugadores, de toda mi plantilla, del cuerpo técnico y de todo el mundo. Ha sido una fiesta para nosotros, un sueño. Hemos dado la cara y, quitando los últimos minutos, creo que el equipo ha dado un nivel espectacular”, declaraba tras el encuentro.
En su análisis del partido, Luque valoró la actitud y valentía con la que salió su equipo, destacando que plantaron cara a un rival muy fuerte. “No me preocupaba jugar aquí. Al revés, me venía mejor. Mi equipo en espacio es bueno. Nos ha faltado un poco arriba, pero ellos han tenido momentos en los que estaban noqueados, no sabían cómo atacarnos. Al final, la calidad arriba marca la diferencia”, explicó. El técnico lamentó también la baja por lesión de Raúl en los últimos minutos, que les dejó sin referencia ofensiva: “Hemos terminado los últimos 15 minutos sin delantero, y eso se nota”.
Luque quiso poner en contexto lo conseguido por su equipo, destacando las dificultades presupuestarias frente a otros clubes del mismo grupo. “Nos triplican en presupuesto e infraestructuras. Mis jugadores no son ni semiprofesionales, muchos juegan prácticamente de manera altruista. Hemos competido con todos los de arriba y eso tiene mucho mérito. Hemos hecho un hito histórico, quedar quintos en tercera división, algo nunca antes logrado por el Tomares”.
Recordó también otros momentos destacados de la temporada, como la victoria ante el Atlético Central o el empate ante el Puentegenil, para reforzar la idea de que el equipo ha estado a la altura de los mejores del grupo. “Mis jugadores han creído en sí mismos. Esto es un orgullo. Estoy contentísimo con el trabajo que han hecho. El pueblo también lo sabe. Hoy hemos desplazado a muchísima gente que ha visto el trabajo del equipo”, subrayó.
El técnico tuvo que vivir el encuentro desde la grada tras una sanción por expulsión en el partido anterior, una situación que no le impidió sentir de cerca cada jugada. “Me hubiera gustado estar en el campo con mis jugadores, pero me ha tocado estar en la grada. Aun así, muy orgulloso de todos. Ha sido una fiesta del fútbol, con respeto entre aficiones y sin incidentes relevantes”.
Con la decepción de la eliminación, pero con la satisfacción de haber hecho historia, la UD Tomares despide una temporada inolvidable.
