Situado entre montañas en la cara meridional de la Sierra de Gádor, Enix es un pequeño pueblo almeriense de apenas 554 vecinos que reivindica ser el que más bares tiene por habitante de España, o al menos uno de los que más locales de este tipo mantiene con las puertas abiertas.

En 2022, Coca-Cola y la Federación Española de Hostelería (FEHR) presentaron el estudio 'Benditos bares en datos', un informe que indicaba que Sallent de Gállego (Huesca) tenía una media de 15,7 bares por cada mil habitantes, con una población total de 1.557 personas.

“Si extrapolamos el número de restaurantes y bares que tenemos ahora mismo en funcionamiento, en proporción al número de habitantes, según el mismo estudio que se hizo entonces, los números que salen nos sitúan por encima de los de ese pueblo. Si no somos los primeros, seríamos de los primeros”, dice a EFE el alcalde de Enix, Álvaro Izquierdo.

El regidor apunta en tono jocoso que en Enix son de “comer y beber” pero advierte que es evidente que los autóctonos no son los que mantienen a un pueblo en el que “siempre ha habido bares y restaurantes, aunque en los últimos años se ha disparado la cosa”.

“Somos un pueblo de interior pero en verano es cuando más gente tenemos, que es cuando se llega a los once negocios abiertos en todo el término municipal, lo que es una barbaridad para un pueblo de nuestro tamaño”, asegura Izquierdo.

Efectivamente, un simple paseo por sus calles escalonadas y estrechas con casas blancas con terrados, entre las que sobresale la Iglesia Parroquial, basta para cruzarse con establecimientos hosteleros en cualquier parte del camino.

Son muchos los que aprovechan el buen tiempo para disfrutar de la naturaleza y la paz de la sierra y luego recuperar fuerzas con platos tradicionales como las migas, el ajoblanco, el trigo, el conejo o la carne al ajillo.

“En Enix se ha comido muy bien, a buen precio y en cantidad. Aunque es cierto que ese modelo sigue funcionando, creo que los negocios que abren no se hacen competencia, sino al contrario, se retroalimentan y complementan los unos a los otros”, dice el primer edil.

Porque ahora, a las recetas tradicionales se suman otras propuestas como la comida italiana o incluso otras más exóticas.

Por ello, no es difícil que a pesar de la abundancia hostelera de Enix, sea casi imprescindible reservar con tiempo, especialmente en verano y en periodos vacacionales como las pasadas Navidades.

Si durante todo el año funcionan de forma ininterrumpida nueve negocios y se llega a los once en verano, esta cifra puede aumentar en breve, ya que el Ayuntamiento ha restaurado unas antiguas barracas en la Plaza de San Juan, instalaciones que saldrán a concurso pero que ya tienen pretendientes, también del sector de la hostelería.

“Todos viven porque no todas las comidas son iguales. Cada negocio que se monta intenta ser distinto y ofrecer una oferta diferente a la del resto y tener su nicho de mercado. La verdad es que es un momento muy bueno para nuestro pueblo”, concluye el alcalde.