La investigación comenzó en octubre de 2023 y desde ese momento se han acreditado 18 víctimas, todas captadas en sus países de origen, Venezuela y Colombia
La Policía Nacional ha desarticulado una red criminal que operaba en Almería y presuntamente combinaba la trata sexual con el tráfico de drogas de "veinteañeras de origen venezolano y colombiano" a las que engañaban para trasladarse a España con falsas propuestas de trabajo en ocio nocturno o atención domiciliaria.
Según una nota de la Comisaría de Almería, la operación ha culminado con once detenidos, ocho registros y la incautación de más de 10.000 euros y distintas cantidades de cocaína, éxtasis, tusi y sildenafilo.
La investigación comenzó en octubre de 2023 y desde ese momento se han acreditado 18 víctimas, todas ellas captadas en sus países de origen, Venezuela y Colombia.
De acuerdo a la Policía, este grupo se encargaba de pagarles el billete de avión, reservarles hoteles falsos en el país y prestarles efectivo para que acreditaran solvencia en los controles fronterizos, para lo que les daban instrucciones precisas para que superaran las entrevistas con los agentes del aeropuerto.
Aunque el desembolso no superaba los 1.500 euros, por estas gestiones las víctimas contraían una deuda de 7.500 con la organización y la líder de la red, también de origen venezolano, presumía de contactos en su país "capaces de amenazar la vida de los familiares de las chicas" en caso de que estas no cumplieran con sus “obligaciones”.
Presuntamente repartía los beneficios de la prostitución al 50 % con las víctimas, pero también les cobraba por conceptos como alojamiento, manutención, transporte, ropa, anuncios online y centralita, donde dos telefonistas de la organización, que se hacían pasar por las víctimas, eran las encargadas de agendar los servicios anunciados en distintos portales de contacto en internet.
Las mujeres prostituidas solo disponían de dos horas libres al día, desde las 16:00 hasta las 18:00 horas, siempre que una compañera las cubriese y según la nota "no podían rechazar clientes, ni tampoco negarse a las prácticas sexuales que les solicitaran".
"Tal era la situación que algunos clientes, al conocer las circunstancias reales de las chicas explotadas, llegaron a publicar lo que sucedía en las redes sociales, o a denunciar anónimamente ante la autoridad policial", ha explicado la Policía.
En cada una de las tres casas que usaban para prostituir a sus víctimas siempre había una cantidad de droga para ofrecer a los usuarios y así incrementar los beneficios, las cantidades estaban medidas para evitar cargos por tráfico en caso de ser detectadas por la policía y cuando se agotaba, varios miembros de la organización, que trabajaban para una conocida empresa de reparto a domicilio, la reponían en sus motos de reparto.
Además del dinero y la droga intervenidos, también llamó la atención de los investigadores la cantidad de elementos de santería y rituales esotéricos encontrados en los domicilio de los cabecillas de la organización.
Los once detenidos fueron acusados de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y delitos relativos a la prostitución, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, contra los trabajadores, contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal.
Los arrestados fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción 3, en funciones de guardia, que decretó prisión para siete de ellos.