Un tribunal de jurado ha declarado culpable a un hombre que intentó agredir sexualmente a una menor de edad que se encontraba recién acostada en el dormitorio de su vivienda en El Ejido (Almería) a la que el acusado accedió tras haber retirado la claraboya del baño durante la madrugada.
En su veredicto leído en la Audiencia Provincial de Almería, el jurado se ha mostrado unánime a la hora de declarar culpable al acusado por el delito de allanamiento, que él mismo reconoció durante su declaración en la primera sesión de la vista oral, en la que alegó que había entrado a "robar" a raíz de una "broma" con unos amigos.
En este sentido, el jurado ha considerado probado por una mayoría de siete votos que el verdadero motivo por el que el acusado entró en la vivienda era "satisfacer sus deseos sexuales", ya que se dirigió al cuarto de la menor a la que comenzó a desnudar mientras ella estaba en la cama hasta que se despertó y comenzó a gritar.
En este sentido, la Fiscalía se ha reafirmado en su acusación y, a tenor del veredicto, ha solicitado una pena de cuatro años de prisión para el acusado por un delito de allanamiento y un delito de agresión sexual en tentativa en concurso medial, toda vez que la defensa ha pedido la aplicación de penas mínimas al entender que reconoció el allanamiento y que la agresión sexual ha sido dictada sin unanimidad del jurado.
Los jurados del tribunal presidido por el magistrado Ignacio Angulo ha conferido mayor credibilidad al relato de la víctima al considerarlo más "coherente" con el resto de los hechos que tuvieron lugar en la madrugada del 15 de mayo de 2023 cuando, según aseguró, estaba en la cama y vio entrar a la habitación que inicialmente pensaba que era su madre.
En este sentido, explicó que al advertir que se trataba de otra persona, pensó que alguien había entrado a robar, por lo que permaneció en silencio hasta que notó que alguien tiraba del pantalón de su pijama para desnudarla, momento en el que comenzó a gritar y despertó a sus padres, quienes retuvieron al acusado hasta que fue detenido por agentes de la autoridad.
El jurado ha valorado esta versión frente a la dada por el acusado, quien aseguró que había consumido drogas y bebido mucho alcohol antes de entrar en la vivienda incitado por unos "amigos" con los que había estado en la azotea y con los que había llegado hasta la claraboya de la vivienda de la víctima.
Así, han apuntado que, en base a las declaraciones de los agentes y los testigos, el acusado no mostraba signos de haber bebido alcohol en el momento de su detención, toda vez que en la azote tampoco se hallaron restos ni a las personas que le habrían acompañado. Tampoco se ha aportado test o prueba alguna que demostrara que había bebido.
El jurado, que ha rechazado la concesión de indulto o revisión condicional de la pena para el acusado, han incidido además en que los agentes no detectaron indicios de robo en la vivienda al no verse armarios o cajones revueltos por parte del acusado.
Con ello, han visto "menos coherente" su versión en la que defendió que al entrar en el cuarto de la víctima estaba "estudiando de espaldas" hacia él y que solo empezó a gritar cuando lo vio, por lo que él se asustó y salió al pasillo donde fue encontrado por el padre de la adolescente.
Frente a la falta de resistencia que alegó, los jurados han atendido las declaraciones de los agentes, quienes encontraron al padre de la niña "reteniendo" al acusado. Así, estiman que realmente fueron los gritos de la joven lo que impidió que el acusado la agrediera sexualmente. El juicio ha quedado visto para sentencia.