En algún balcón aledaño estaría Manuel Loreto pergeñando una saeta con sabor a cajón de pescao, y El Baco pondría veladores hasta en los bordillos de Bellas Artes. Apostaría la mano con la que firmo a que incluso las instituciones que dicen estar tiesas, sacarían jurdó de debajo de las piedras con tal de que su nombre figurase en los programas de mano. Sevilla entera, dado que la entrada sería libre y no como en el Maestranza que sólo entran los privilegiados del Consejo, se echaría a las calles y las bullas llegarían hasta El Corte Inglés del Duque.
Los políticos, tampoco faltarían. Y pregoneros aspirantes, menos aún. Porque aquí, desde la Macarena a Triana, desde el Plantinar a Sevilla Este, pasando por las Tres Mil, Torreblanca y San Jerónimo, el GPS cofradiero pita en cada esquina para detectar a un plumilla cursilón que entre sueños de bambalinas junta melosos versos en los que aborto rima con asesinato, homosexualidad con libertinaje, setasdelaencarnación con alcalde del PSOE y tranvía con “devoción”… Qué le gusta al sevillanito de colonia Brummel y patillas largas un atril, un traje oscuro de Cañete y una medalla en el pecho... Lo peor es que cualquier día, como to lo malo se pega, se organiza un pregón cani en una de las plazas de las Candelarias o de Madre de Dios y entonces nos vamos a enterar de lo que vale una quintilla poética. ¿Se imaginan a HAZE, el rapero, vestido de terno blanco con su gorrita de los Lakers, su botines Nike y su camisa sin corbata con los picos por fuera de la solapa, poniéndole ritmo de hip-hop al hijo de José de Arimatea, de profesión carpintero y por tanto hermano proletario? Pues si ese día llega, que llegará, que tiemblen el PP y el Palacio Arzobispal, que en originalidad a los poetas urbanos no les gana nadie. En esta tierra, el nombre de Dios y de su Santa Madre se está, como sentencia la seguiriya, ‘apregonando’ (y politizando) con el beneplácito de las estancias oficiales que dicen seguir la palabra del Señor. ¿No había que predicar con el ejemplo?