Hasta ahora, la previsión de nuevos hoteles en la ciudad alcanzaba la media docena, con proyectos de más o menos envergadura, sin contar el que ocupará la antigua nave de AGA : el Barceló de la estación de trenes, el del estadio, en la Casa del Almirante, el Campo de las Balas, la Alameda y el de Puerto América, que la Autoridad Portuaria impulsa tras la pérdida de interés por parte de los inversores.
Desde hoy hay que sumar dos más, uno en las calles Rosario y Cánovas del Castillo y en Sopranis, de cuatro y tres estrellas, 43 y 47 habitaciones respectivamente.
En caso de que prosperen todas estas iniciativas, la planta hotelera sufrirá un nuevo incremento, en la línea de los últimos años. Según los datos de la Encuesta de ocupación hotelera, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), Cádiz cuenta en la actualidad con 42 establecimientos, el doble que hace diez años, con 1.782 habitaciones y 3.796 plazas frente a las 1.225 y 2.406 contabilizadas entonces.
Pese a que hay una mayor oferta, la ocupación no deja de crecer, con una media este año del 84,11% por un 34,78% hace una década.
Todos estos números tienen su reflejo en la cifra de empleo, con 633 profesionales actualmente, mientras que en 2014 eran 376 de media.
El sector, sin embargo, no se libra del debate. En recientes declaraciones a VIVA CÁDIZ, Daniel López Marijuán, por parte de Ecologistas en Acción, lamentó que, en la ciudad, “se da carta blanca a cualquier proyecto”, como en el caso de la estación de Adif, que calificó de “disparate”, y habló abiertamente de “saturación” que debe combatirse con “planificación y ordenación” que no abordaron el anterior equipo de Gobierno ni el actual. María Sánchez, una de las portavoces de la plataforma Cádiz Resiste contra la turistificación, fue más allá y planteó directamente una moratoria que impida la apertura de hoteles y apartamentos hoteleros en el municipio porque, en la línea de los conservacionistas, “no cabe uno más”.
El presidente de la Asociación Provincial de Hoteles, Steefan de Clerck, negó la mayor y sostuvo que “debemos estar agradecidos de que los inversores se fijen en Cádiz porque eso indica buena salud turística y trabajo”.
