La sentencia, dictada 'in voce' y declarada firme en la propia sala de vistas, es fruto de la conformidad mostrada por el acusado
La Audiencia de Almería ha impuesto este martes un año de prisión a un hombre que se enfrentaba inicialmente a penas que suman dos años y medio de prisión por "vejar, discriminar y excluir" a inmigrantes acogidos por la Cruz Roja tras su llegada a España.
La sentencia, dictada 'in voce' y declarada firme en la propia sala de vistas, es fruto de la conformidad mostrada por el acusado después de que el fiscal rebajase su petición de penas, al aplicar la atenuante parcial de reparación del daño, ya que antes del juicio el procesado había consignado 60,50 euros para la responsabilidad civil.
De esta forma, el acusado ha sido condenado por un delito cometido con ocasión del ejercicio de derechos fundamentales y libertades públicas; un delito de amenazas y un delito leve de daños.
Por el primero le han sido impuestos seis meses de prisión y otros tantos de multa, a razón de tres euros al día; medio año más de cárcel por el segundo, y una multa de un mes, con una cuota diaria de tres euros, por el último.
El fiscal explica en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso EFE, que el acusado reside en un edificio de Roquetas de Mar (Almería) que Cruz Roja tiene cedido a personas vulnerables de "diversas nacionalidades y razas", dentro de un programa de atención humanitaria.
Entre marzo de 2019 y mediados de junio del año siguiente se dirigió de "forma reiterada" y con la intención de "vejar, discriminar y excluir" a dichos inmigrantes de forma "agresiva" y en voz "alta", diciéndoles "moros de mierda, gentuza, basura", etc.
También les dijo "negros asquerosos", "los niños de los payos ponis", "latinos hijos de puta", entre otros.
El 5 de junio de 2020 el procesado dejó un mensaje de audio en el teléfono del Centro de Migraciones de la Cruz Roja en el que manifestaba que era "una vergüenza" que estuviesen confinados y tuviese a los "putos bastardos negros ahí, pegados a la puerta".
En otro audio, remitido junto a la foto de una usuaria de los pisos sociales, aseguró que tenía que "abrirles la cabeza" a estas personas, dado que la mujer se cortaba las uñas en la escalera y eso no era "normal".
También acudió en varias ocasiones a estos pisos, aporreando la puerta de forma "violenta", y que incluso el 17 de junio de 2020 salió de su domicilio con un martillo para golpear una de las puertas de estos domicilios mientras instaba a salir a un "negro de mierda".
En dicho caso, esgrimió también el martillo contra un monitor de Cruz Roja de origen magrebí, al que habría amenazado con partirle la cabeza con esta herramienta.
Dos días más tarde golpeó la cámara de seguridad de Cruz Roja instalada en este bloque de vecinos, en "reproche por ceder el uso de viviendas a inmigrantes".