Calor y entrega para alegrar la Navidad a las personas sin techo

Publicado: 26/12/2024
La pérdida de trabajo, el agotamiento de los ahorros, los problemas y las rupturas familiares… Cada indigente oculta tras su rostro una vivencia personal
La situación del sinhogarismo es la expresión más grave de la exclusión residencial en la que puede encontrarse una persona, y son muchos los motivos por los que alguien puede acabar sin nada y en la calle; una experiencia que puede ser especialmente dura en momentos señalados como la Navidad.

La pérdida de trabajo, el agotamiento de los ahorros, los problemas y las rupturas familiares… Cada indigente oculta tras su rostro una vivencia personal diferente, pero todos ellos tienen un apoyo común: el que unos 80 voluntarios de la Cruz Roja de Almería prestan durante todo el año en la capital almeriense y Roquetas de Mar.

La responsable provincial de Personas Sin Hogar de Cruz Roja, Fátima Cayo, explica a EFE que forman parte de las Unidades de Emergencia Social (UES), un recurso de “acercamiento para que las personas que están durmiendo en situación de calle puedan arraigarse a servicios como son los centros de día” de esta onegé.

“Servimos de enlace entre la calle y los recursos para que vengan y en esa salida ofrecemos comida de reparadora y material de abrigo”, incide.

Todo ello a través de diferentes rutas como la realizada en pleno día de Navidad, en la que EFE ha podido acompañar a sus voluntarios, que incluso en ocasiones marcadas a fuego en el calendario, jornadas de estar con la familia y los amigos, quieren “seguir acompañando a estar personas, quieren seguir yendo a verlas”.

Es un recorrido que los voluntarios conocen bien, porque lo repiten cada semana. “Estos compañeros se quitan horas de sueño, se quitan horas de estar con su familia para poder prestar un servicio y una actividad a las personas más vulnerables”, insiste Cayo.

“Sea festividad o no sea festividad, por desgracia la vulnerabilidad no entiende de festivo. Vas a estar en vulnerabilidad el día 25, como es hoy, o el día 16 de enero, que es un día cualquiera. Con esta ruta puedes ir y aportar el calor de nuestros voluntarios”, añade.   

Alimentos, mantas y confianza

En Almería capital, los miembros de la UES de Cruz Roja salen tres veces a la semana; una en el caso de Roquetas de Mar. Esto se traduce en alrededor de unas 200 intervenciones al año, con unos vecinos ignorados durante el día y a los que se ofrece ropa de abrigo, productos de higiene, bebida caliente y los recursos con los que cuenta la onegé.

Personas que duermen en cuevas o resguardados tras un banco junto a una gasolinera, o tal vez en un parque urbano; sin olvidar los tan socorridos cajeros o cualquier otro lugar en el que puedan pernoctar con un mínimo de intimidad.

Para poder coger el coche y comenzar el reparto, es necesario prepararlo todo de forma previa, una labor que comienza una hora antes en el Centro de Atención Social de Almería (CASA) de Cruz Roja en el barrio de Piedras Redondas.

Hay mantas y sacos de dormir, caldo caliente y café con leche, que en estos meses más fríos son un poderoso reconstituyente para los sin techo. Pero al igual que el resto del año también preparan una comida reparadora, que son sándwiches, zumos, magdalenas, agua, kits de higiene o ropa de aseo, por ejemplo.

En estas rutas de la capital almeriense, la interior y la de playa, se atiende a una media de 40 personas por noche y salida. Posiblemente, los voluntarios de Cruz Roja sean los únicos vecinos de estos indigentes que se acercan a hablar con ellos o a preguntarles cómo están.

Cada uno tiene su historia y su mochila particular. Pero sin sesgos, sin distinción por su origen, sin importar si es verano, cuando más inmigrantes llegados en patera se encuentran, o si es invierno; sin descanso a lo largo de todo el año, la Cruz Roja sigue velando por ellos.

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