Condenan por servicios de 'telecoca' al hombre al que intentaron asesinar en Roquetas

Publicado: 26/02/2025
El tribunal apunta que el acusado era contactado por teléfono por las persona que querían obtener algún tipo de droga
La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a tres años y cuatro meses de prisión por tráfico de cocaína y otras sustancias al hombre al que durante la noche del 13 de diciembre de 2022 intentaron asesinar de seis disparos a las puertas del complejo de ocio nocturno 501 de Aguadulce, en Roquetas de Mar (Almería), por otras tres personas que ya fueron condenadas.

En su sentencia, consultada por Europa Press, las Sección Segunda halla culpable de un delito contra la salud pública únicamente a este acusado ya que absuelve a otras dos personas al considerar que no ha quedado acreditada su participación en el servicio de 'telecoca' mediante el que distribuía el estupefaciente.

La resolución da por probado que el acusado distribuyó "de manera habitual" entre el 24 de diciembre de 2022 y el 6 de marzo de 2023 --después de que se sucediera el intento de asesinato-- sustancias estupefacientes, en concreto cocaína, MDMA y cannabis, a terceras personas en el término municipal de Roquetas de Mar a cambio de dinero.

Cabe recordar, no obstante, que los condenados por el intento de acabar con su vida, a través de un plan orquestado entre ellos, se sirvieron del servicio que prestaba el acusado para, mediante encargos de estupefaciente, poder controlar sus movimientos y hacer que se desplazara a dónde ellos querían con el objetivo de poder matarlo, según consta en esa sentencia anterior.

Precisamente, fue la investigación sobre el intento de acabar con su vida lo que motivó la intervención del terminal telefónico que, en un principio, se achacaba a uno de los condenados por la tentativa de asesinato pero que, en base a la investigación, se determinó que era de la víctima, lo que dio lugar a una causa paralela ante los indicios por tráfico de drogas.

El tribunal apunta que el acusado era contactado por teléfono por las persona que querían obtener algún tipo de droga para concertar un punto de encuentro y hacerles entrega de la misma; de modo que para acudir a dichas citas empleaba o bien su vehículo o bien el coche que le prestaba un amigo, sin que conste que este sabía para qué lo usaba.

En base a las investigaciones, la Audiencia da por probado que el 6 de marzo de 2023 el acusado recibió una llamada en la que, a través de un "lenguaje convenido", quedó con un cliente para hacerle entrega de una cierta cantidad de droga. Así, se desplazó desde el chiringuito en el que estaba hasta su casa donde, tras unos minutos, volvió a salir para dirigirse al punto de encuentro, donde entregó 0,4 gramos de cocaína.

El acusado fue detenido instantes después por las autoridades, quienes lo hallaron en posesión de 370 euros en efectivo. Ese mismo día, durante el registro de su vivienda autorizada por un juez, se hallaron distintas cantidades de cocaína, MDMA y cannabis, así como objetos para el pesaje y la manipulación de la droga. También se encontró cocaína en su vehículo.

La Sala rechazó la anulación del proceso ante las alegaciones de la defensa sobre el registro de la vivienda, que fue calificado de "impecable" por el tribunal, al tiempo que avala las conversaciones telefónicas intervenidas de las que se desprende las peticiones de droga que se le hacían mediante códigos como "tráeme un boli, que me duermo" o "trae un barra de pan", entre otras, para pedirle estupefacientes.

"La fuerza policial reseña hasta 22 llamadas seguidas de transacción de estupefacientes en el período en que su terminal fue sometido a observación, de unos dos meses medio", recalca la sentencia en su fundamentos en los que apunta la falta de prueba para incriminar a su hermano y a su pareja sentimental, quienes vivían con él.

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