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Juzgan este lunes a un acusado de maltratar a su pareja, a quien desfiguró con unos nunchacus

El fiscal señala que, desde que comenzó en 2006 la convivencia de ambos, M.J.F.B. sometió a la víctima a habituales "humillaciones, menosprecios, agresiones físicas y vejaciones"

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La Audiencia Provincial de Almería acoge este lunes la vista oral contra un individuo acusado de someter de "forma continuada" a agresiones físicas a su compañera sentimental, a quien apagaba cigarrillos sobre el cuerpo, llegó a rapar el cuero cabelludo para evitar que saliese a la calle y desfiguró el rostro al golpearle con unos nunchacus, un arma usada en artes marciales.

   En el juicio, que se va a celebrar ante el tribunal de la Sección Tercera, M.J.F.B., vecino de Roquetas de Mar, se enfrenta a penas que suman un total de 16 años de prisión por cinco delitos de lesiones en el ámbito de la violencia sobre la mujer, un delito de maltrato habitual y dos de lesiones cualificadas con las agravantes de reincidencia y abuso de superioridad. El fiscal interesa, asimismo, que indemnice a la víctima 27.350 euros por las lesiones y por las secuelas tanto físicas como morales.

   El escrito de calificación recoge que el acusado durante dos años objetos contundentes como palos con clavos, botas con punta de hierro, bates de béisbol y nunchacus contra su pareja que, al comenzar los ataques, se marchó de domicilio familiar aunque regresó después de que el procesado la amenazase con hacer daño a sus padres y hermanos.

   El fiscal señala que, desde que comenzó en 2006 la convivencia de ambos, con una hija menor en común, M.J.F.B. sometió a la víctima a habituales "humillaciones, menosprecios, agresiones físicas y vejaciones", que se agudizaron hasta repetirse "como mínimo una vez a la semana".

   El procesado, según subraya, comenzó meses después a utilizar objetos contundentes, "a apagar los cigarros que consumía sobre su cuerpo" y "controlar" sus movimientos "en todo momento, no dejándola salir de casa, ni siquiera a la ventana a tender la ropa". Añade que le rapó el cuero cabelludo "al objeto de evitar que saliera del domicilio".

   Ante lo "insostenible" de la situación, a las pocas semanas de comenzar las agresiones físicas, la víctima "se escapó a casa de sus padres" aunque regresó después de que M.J.F.B. fuese a buscarla "exhibiéndole un cuchillo" y le amenazase con hacer daño a sus familiares.  Dos años después, "anulada en su personalidad" por los malos tratos, le abandonó de manera definitiva.

   El fiscal detalla en su escrito que el procesado fabricó un palo al que puso púas metálicas que usaba para pegar en la espalda a su compañera "por el lado liso" y que dejaba colgado en una pared del dormitorio que compartían al tiempo que decía "qué bonito es el palo, es para ti". Relata, asimismo, que quebró un bate de béisbol mientras le propinaba una paliza y que usaba unas botas de punta de reforzada con hierro para darle patadas.

   El episodio de mayor gravedad para la integridad física de ella, según indica, tuvo lugar cuando, tras regresar de visitar a su madre, comenzó a agredirla con el palo y con unos nunchacus, lo que le provocó lesiones en el rostro que derivaron en secuelas con perjuicio estético "permanente y fácilmente apreciable", así como limitación funcional en la muñeca.

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