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Miércoles 27/11/2024
 

Sevilla

La provincia de Sevilla y la crisis

A lo largo del presente ejercicio se ha venido produciendo un deterioro de la economía a nivel global...

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A lo largo del presente ejercicio se ha venido produciendo un deterioro de la economía a nivel global. Este deterioro se aprecia, de forma especial, en aquellas economías nacionales que, en estos momentos, concentran los principales elementos de incertidumbre, como son la escasa posibilidad de crecimiento -dados los ajustes de gastos ya comprometidos, así como los que, eventualmente, hubiese que asumir de forma adicional- y la incidencia que este proceso tendría sobre los ingresos estatales (y, por lo tanto, el déficit presupuestario), la capacidad de devolución de la deuda y la ratio Deuda/Pib.

En este escenario, los indicadores de actividad han vuelto a intensificar su descenso a lo largo de 2012, siendo más evidente el perfil descendente del empleo y de la demanda interna. En el actual proceso de recesión, la economía española, tras la caída del PIB entre julio y septiembre, acumula ya cuatro trimestres de descenso. Esta situación se refleja también en la evolución de la actividad productiva en Andalucía y, de igual forma, no escapa a ella la provincia de Sevilla.

Las estimaciones de Analistas Económicos de Andalucía señalan que, en la provincia sevillana,  el ritmo de actividad sufrió en el segundo trimestre un descenso del 1,1% en tasa interanual, variación similar a la del promedio andaluz, y un par de décimas menos negativa que la del conjunto nacional (-1,3%). Indudablemente, la crisis financiera internacional, que dura ya cinco años, ha dañado considerablemente el normal funcionamiento del sector real, la confianza de los agentes económicos, las decisiones de inversión, los flujos comerciales y, en definitiva, ha enrarecido substancialmente el clima de confianza que requiere la actividad económica.

En el ámbito de la provincia sevillana, este deterioro se ha percibido en la agudización de las señales negativas del mercado de trabajo, con una contracción del empleo del -7,3% en el tercer trimestre del año y un nuevo aumento de la tasa de paro que asciende hasta el 32,6% (35,4%Andalucía). Entre enero y septiembre, descendió el promedio de trabajadores afiliados a la Seguridad Social (-3,8% interanual) en tanto que, entre los principales indicadores del mercado laboral, hay que destacar que se eleva a 244 mil el número de inscritos en los registros de los Servicios de Empleo y a 299 mil los parados recogidos en la última Encuesta de Población Activa (lo que representa un incremento del 16% interanual en este concepto). Asimismo, se observa un retroceso de las empresas unipersonales.

En lo que se refiere al análisis sectorial, en todos los sectores disminuye la población ocupada (-11,7% en la agricultura; -12,6% en el sector industrial; -5% en los servicios y -21,3% en la construcción).

Por otra parte, la caída en el valor de la licitación en la provincia (-63,8% interanual enero-agosto; -54,9% en Andalucía) y el escaso número de viviendas iniciadas, confirman el bajo nivel de actividad en la obra civil y en la residencial.

En cuanto a los principales indicadores de la actividad turística y hotelera (en tasa interanual para el período enero-septiembre) estos no han sufrido deterioros importantes, aunque debe distinguirse entre la demanda extranjera y la de residentes españoles. La primera, ha experimentado un positivo avance, tanto en el número de viajeros como de pernoctaciones (superior al 2%), mientras que la demanda hotelera de residentes nacionales ha acusado la actual coyuntura económica (- 4,3% interanual respecto a viajeros; -3,6% en cuanto a pernoctaciones).

Otros indicadores de demanda, como las matriculaciones de vehículos (-32,6% interanual en vehículos de carga y -20,2% en turismos para el período enero-octubre; -25,3% y -18,5%, respectivamente, en Andalucía), unido a la atonía del crédito (-0,4% interanual para el segundo trimestre, frente al -5,7% de Andalucía), así como el descenso en la compraventa de viviendas (-20,1% interanual en Sevilla; -18,3% en Andalucía, respecto al período enero-agosto) y en hipotecas (-39,5% interanual por importe concedido, en Sevilla; -26,5% en Andalucía)reflejan una coyuntura poco positiva, en el contexto de un deterioro económico de magnitud global, tal y como se ha apuntado en la introducción de este artículo.

Las perspectivas para lo que resta de año y para 2013 dibujan un escenario poco halagüeño. En concreto, las previsiones de Analistas Económicos de Andalucía establecen, para el conjunto del presente ejercicio 2012,una caída del -2% en el PIB de Sevilla (-1,9% para Andalucía). Asimismo, dado el actual escenario, para 2013 todas las proyecciones emitidas por instituciones y grupos de referencia mantienen el tono negativo. Analistas Económicos de Andalucía estima que el PIB andaluz podría retroceder un 1,6%, tasa muy similar a la caída que prevé para la producción española (1,5%). La recuperación se hace esperar.

A pesar de las actuales dificultades, se puede afirmar que la economía sevillana, como la andaluza y la española son economías solventes, con un tejido productivo y unas infraestructuras competitivas, tal y como demuestra el hecho de que, en este país, hemos sabido apretar los dientes y salir a competir al exterior, consiguiendo que la balanza nacional por cuenta corriente del pasado Julio arroje un saldo positivo, resultado éste que culmina una tendencia de decrecimiento continuo del déficit exterior y que refleja el hecho de que nuestra economía ha incrementado su productividad y reducido los costes laborales unitarios. Al mismo tiempo, nuestro sector financiero ha realizado una formidable reestructuración en un corto espacio de tiempo, en un proceso que, indudablemente, le va a fortalecer y le va a permitir salir de la actual crisis como uno de los más sólidos, rentables y solventes. Se están poniendo las bases para poder aprovechar, de forma sobresaliente, el crecimiento económico que, en el seno de la Unión Europea se debe impulsar en paralelo a las necesarias medidas de ajuste implementadas. En ese escenario, Andalucía y, con ella, Sevilla deberá desencadenar todo su poder de generación de riqueza. No debe cabernos la menor duda de que poseemos una gran capacidad para ello. Es el momento de desplegarla. En toda su potencia.

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