Este domingo 21 se celebra el solsticio de invierno, es decir, la llegada del invierno con fiestas y celebraciones que se remontan a cientos de años atrás. ¿Y por qué se festeja la llegada de la estación más dura de las cuatro?
El solsticio de invierno significa que esta noche es la más larga del año en el hemisferio norte, y este lunes será el día más corto del año. Es decir, que a partir del próximo martes los días se irán alargando hasta el solsticio de verano.
Desde la antigüedad en este día se celebra el renacimiento del sol, que cada vez toma más fuerza, y su victoria sobre la oscuridad. La explicación científica para este fenómeno viene dada por el crecimiento del arco elíptico que forma el astro rey.
Éstos son sólo algunos de los mitos y celebraciones que existen o han existido alrededor del solsticio de invierno para diferentes pueblos, aunque la magnitud de esta celebración ha provocado infinidad de fiestas.
NAVIDAD
La principal celebración actual que surgió a la vera de esta fecha fue el nacimiento de Jesús, declarado el 25 de diciembre, día del solsticio de invierno según el calendario Juliano.
El nacimiento de Jesucristo simbolizaba también la victoria de la luz sobre la oscuridad, y en la actualidad se celebra con cenas en familia y regalos además de los típicos villancicos y la misa del gallo.
FINLANDIA, NORUEGA Y SUECIA
En el norte de Europa los lapones celebran el solsticio con el culto a la diosa Beiwe, protectora del Sol, la cordura, la fertilidad y la salud.
Según la tradición, Beiwe y su hija caminan por el cielo sobre huesos de reno con lo que provocaban el nacimiento de las plantas en el suelo. Los lapones sacrifican ciervos y con la carne, hilos y palos, hacen una cama para placer en ella. Y en vez de cava y turrones, cubren sus puertas con mantequilla para la diosa Beiwe.
JAPÓN
En el país del sol naciente tienen la leyenda de Amaterasu, la diosa del sol. Según la religión sintoísta, el hermano de Amaterasu, Susanowo, mató al potro del cielo y tiró su piel a la habitación de su hermana.
Fue desterrado y Amaterasu se encerró en una cueva con lo que el sol desapareció del mundo. Ante el caos que provocó, todos los dioses intentaban sacarla de la cueva, y sólo lo consiguieron cuando todos empezaron a reírse y ella se asomó por curiosidad.
Al salir se vio reflejada en un espejo y quedó cautivada de su propia imagen. Los dioses cerraron la entrada de la cueva y el equilibrio se restableció.
ROMA
En la Roma antigua tenía lugar una festividad en honor del dios Saturno (dios de la agricultura), conocida como las Saturnales.
Eran una fiestas muy especiales en las que los esclavos recibían raciones extras de comida, tiempo libre para ellos e incluso a veces los amos servían a los esclavos.
Al principio se celebraron entre el 17 y el 23 de diciembre, siempre bajo la luz de velas y antorchas. El fin de las fiestas coincide con el nacimiento del nuevo Sol y el solsticio de invierno.
PAKISTÁN
En Pakistán, el pueblo de kalash celebra el solsticio de invierno con la vuelta de Dezao, el ser supremo.
Para conmemorar dicha fecha las mujeres y las niñas se purifican tomando baños rituales y los hombres vierten agua sobre sus cabezas. Sacrifican cabras y vierten su sangre sobre los purificados para después acudir todos a la fogata con cantos y danzas.
PERSIA
En la antigua Persia, según la tradición, en el solsticio de invierno las fuerzas de Ahriman (personificación del mal) están en su máximo apogeo. Pero al día siguiente, su hermano, conocido Ahura Mazda (dios del sol y Príncipe del bien) empieza a gobernar. Los días son cada vez más largos que las noches, y eso simboliza la victoria del Sol sobre la oscuridad.
JANUCÁ
La festividad judía tiene lugar el 25 de Kislev (mes del calendario judío) según su propio calendario, aunque según el calendario Gregoriano cae a finales de noviembre o principios de diciembre.
La festividad tiene lugar durante ocho días debido al milagro en el que el candelabro del Templo se encendió durante ocho días seguidos sin tener casi aceite. Por ello en Janucá se enciende un candelabro de nueve brazos llamado januquiá.