“De aquí a quince o diez años, este país deberá ser la cuarta, la tercera o, si no tuviéramos suerte, podemos ser la quinta economía”, dijo Lula durante un discurso en el estado de Río Grande do Sul, fronterizo con Uruguay y Argentina.
El mandatario apuntó que para que eso suceda es preciso que Brasil consiga tener “más pobres en la clase media, más gente en la universidad, más gente haciendo cursos técnicos” y además conseguir “mejorar definitivamente la calidad de la enseñanza”.
“Lo que importa en el siglo XXI es exportar conocimiento, inteligencia. (Eso) es lo que cuenta definitivamente”, agregó.
Los 1,3 billones de dólares que tiene el Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil la sitúa como la décima economía del mundo, tras los miembros del G-7 (EE.UU., Canadá, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido y Japón), China y España.
Según datos del Gobierno, la economía brasileña creció un 1,9% en el segundo trimestre del año en comparación con el primero y salió así de la recesión técnica en la que estaba desde marzo.