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El jardín de Bomarzo

Connecting people

Del 18 al 21, el INE seguirá los movimientos para fijar sus desplazamientos en materia de movilidad para, dicen, prestar mejores servicios públicos

Publicado: 31/10/2019 ·
12:39
· Actualizado: 31/10/2019 · 12:39
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Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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Del 18 al 21 del presente mes de noviembre el Instituto Nacional de Estadística, tras un acuerdo con las tres principales operadoras de telefonía, seguirá los movimientos de los españoles para fijar sus desplazamientos habituales, vacaciones, costumbres en materia de movilidad en la idea, dicen, de prestar mejores servicios públicos a través de la mejora de infraestructuras y, como decía la canción, miedo, tengo miedo... De entrada habría que determinar si es legal una operación que a todas luces roza la inmoralidad porque invade la privacidad individual y es que a quién le gusta que el INE sepa cuándo aposentas para soltar, peso, color e intensidad de aquello que depositas, mucho menos esta prisión tecnológica que va achicando paredes como en una cárcel virtual: tal es así que vuelven a salir al mercado aquellos terminales sin GPS tipo Nokia que única y exclusivamente sirven para hablar, llamar o que te llamen, conneting people sin que nos connecting a nadie o nada más. Dicho lo cual y centrado, expongo.

Ideas. El último informe de la FAD subraya que el interés de los jóvenes "por la política ha aumentado en los últimos años" pero también lo ha hecho su desconfianza en los políticos y en los partidos, que son las instituciones peor valoradas; jóvenes que valoran las tradiciones, el feminismo, el ecologismo y la diversidad, ciber-activos que, en plena era digital, usan la tecnología "más para aparentar en las redes que para mostrarse auténticos". En los últimos años se ha duplicado el porcentaje de quienes se posicionan más a la izquierda, hasta un trece por ciento, también de aquellos que lo hacen al extremo de la derecha, también en alza. ¿Cómo forman su ideología nuestros jóvenes? Antes teníamos a Franco vivo o su recuerdo en caliente, transición de por medio, y esto ayudaba a irse hacia un lado u otro, pero ahora, salvo el detalle un poco esperpéntico del funeral de Estado por aire al Caudillo para goce de Vox, las referencias ideológicas no son nada claras asumidas por todos cuestiones como aborto, matrimonio de gays, cobertura pública o religión. 

Una de las razones por las cuales la política atraviesa este desierto es la pobre base ideológica sobre la que se sustenta, nada que ver con aquella otra época donde la chaqueta de pana y fumar Ducados en un mitin significaban cosas y llevar zapatos Castellanos y Loden verde, otras. Y esta pobre base ideológica es la que provoca estos tsunamis electorales de grandes masas de votos que en solo unos meses cambian de lugar, se resitúan, lo hacen incluso de manera incomprensible de un extremo a otro; hay votantes que lo fueron de Unidas P que ahora están en Vox, por no decir todos aquellos que fluctúan entre las formaciones de centro derecha o derecha pura. Llama la atención que en seis meses, y según datos que ofrecen la mayoría de las encuestas, una formación como Cs pueda pasar de 57 a 20 y, si se ahonda en su origen ideológico, sucede en un partido que se autodefine "próximo a la derecha por lo que respecta a la economía, cercano a la izquierda en valores como aborto o matrimonio del mismo sexo". ¿Es posible ser de derechas a medias?


El PSOE ha sido muchas veces de izquierdas a medias, es cierto, porque sabe que la gran masa de votos está en el centro y que es imposible gobernar este país sin el votante centrado. Para ello uno de sus principales avances ideológicos fue en materia religiosa cuando apostó por la consolidación de la laicidad del Estado al sostener que la democracia y la religión no son incompatibles: "la religión, por su contribución a la producción moral, a la cohesión social y a la expresión cultural es un complemento valioso de la sociedad democrática", argumenta la formación de centro izquierda. Bien es cierto que el PSOE, junto al PP, es el partido con un suelo más fijo gracias a una posición ideológica arraigada y es por esto que los tsunamis electorales le afectan menos y van ligados directamente a casos de corrupción, como le sucedió al PP tras la salida de Rajoy. Su voto, de hecho, se puede ir, pero su tendencia siempre es a que vuelva ante el primer atisbo de inestabilidad nacional.

Ciudadanos y Podemos nacieron por el hartazgo de una sociedad cansada del poder de PSOE y PP, harta de ver a tanto vividor de la política y, aún peor, tanto corrupto cuando la ciudadanía vivía una brutal crisis económica. Hasta este momento los de derecha y centro derecha tenían al PP y los de izquierda y centro izquierda al PSOE, y luego estaban los extremos de la izquierda en una IU cada vez más desinflada porque este país de comunista siempre tuvo poco, sobre todo tras varias décadas de bonanza y de burbuja económica durante las cuales era fácil vivir muy bien y eso le gusta a todo el que lo prueba: la mortadela está rica, nadie lo duda, pero el jamón de bellota que se agarra es otra cosa, es tan fácil ser revolucionario en la universidad como ir transformándose hacia otra cosa una vez casado, con trabajo e hijos. En esta sociedad sumida en el bienestar la fe en la ideología ha pasado a un segundo plano. Vox nació alimentado por el debate de Franco, el Valle de los Caídos y la memoria histórica y por el oxígeno que el PSOE ha venido dando a los movimientos radicales feministas, situando al hombre como potencial acosador, pero votantes hombres hay millones y han encontrado refugio en el discurso machote, taurino, nacional de Abascal. Al final los detalles marcan la tendencia, algo tan anecdótico pero significativo como el chalet de Pablo Iglesias y las fugas de casi todos sus líderes fundadores han provocado la pérdida de apoyos de Podemos. El resultado, las últimas elecciones con un PSOE recuperándose y un Cs en clara ascensión.

Seis meses han transcurrido. En ellos los españoles hemos presenciado como Ciudadanos se aliaba al PP para plantear un radical cordón sanitario contra el PSOE, mientras nos alertaban de posibles pactos con los independentistas y Podemos para posibilitar la formación del gobierno, situando a Pedro Sánchez ante un callejón sin salida: si pactaba con todos ellos, los españoles no lo aceptarían y, la opción preferida por una gran mayoría, la del pacto con la formación naranja,  imposible ante el NO es NO de Rivera. ¿Cómo entender que Ciudadanos cuyos potenciales clientes salen en su mayoría del PP prefiera ir de la mano de este y se cierre en banda ante cualquier acuerdo con el PSOE…..? Los españoles es claro que no lo han entendido y esto, unido a su indefinición ideológica, les ha situado como la marca blanca del PP y ante eso la tendencia es decantarse por la original. Por su parte, Vox en abril no despuntó como se esperaba porque al final ultraderechistas no hay tantos, pero Franco y Cataluña tienen mucho tirón publicitario y el PP sigue teniendo claro que mejor recuperar público de centro y quitárselo a Cs porque sabe que el español medio se sitúa en esa coordenada vital: la que sin ideología política prioriza la paz, vivir sin grandes problemas, tener trabajo, dar estudios superiores a sus hijos y disfrutar lo mejor que se pueda de la vida sin más complicaciones. Lo quieran o no, este es el gran sector social que se moviliza ante las urnas en un sentido u otro en función de si ve amenazado el estado del bienestar y lo que espera es que los partidos políticos sean claros y honestos en sus planteamientos para poder decidir en libertad.

PP y PSOE tienen un suelo de adeptos en su mayor parte con una base ideológica, pero que en ninguno de los dos casos son suficientes para obtener la mayoría absoluta; por ello ambos partidos cuando la alcanzaban era gracias al apoyo itinerante de la población sin ideología, la que se le llama de centro. Esa masa de votantes que en los últimos  días se mueve entre la abstención, el aún no decidido voto, el castigo a Ciudadanos o la vuelta al bipartidismo y no lo hace por ideología, sino como única forma de conseguir un gobierno estable. Hace cuarenta años el apreciado viejo profesor Tierno Galván ya dijo aquello de que "Las ideologías llevan inevitablemente a la decepción porque tienden a lo perfecto, que luego el contacto con la vida real hacen imposible y esto es, sencillamente, lo que ocurre: la vida real se impone ante cualquier intento que pretenda alejarnos de ella. Y la vida real es lo que de verdad conecta a la gente o, en inglés para que queda más chulo, connecting people.

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