Felisa Moreno se mira en la obra de Irène Némirovsky

| Ayer se celebró el Día de las Escritoras y la autora jiennense Felisa Moreno (Noguerones-Alcaudete, 1969) participó en el ciclo ‘Diálogos en el tiempo’, organizado por el Centro Andaluz de las Letras de la Junta de Andalucía, en un acto público en la Biblioteca Provincial, donde acercó a los presentes la vida y obra de la escritora ucraniana Irène Némirovsky (Kiev 1903-Auschvitz 1942). Esta autora sufrió las consecuencias de la II Guerra Mundial y dejó inacabado en su maleta un cuaderno escrito a mano que, gracias al desvelo de sus hijas, se publicó en 2004 con el título ‘Suite francesa’. A través de esta obra, la jiennense Felisa Moreno disertó sobre cómo ha influido en su carrera como escritora. “La descubrí al principio de mis inicios como escritora. Me recomendaron Suite francesa, quizás su obra más conocida, inacabada. Localicé todos sus libros para leerlos. Su forma de escritura es a lo que yo aspiro”, reconoció. La novela se convirtió en un acontecimiento literario. Publicada en Francia en 2004, obtuvo el premio Renaudot y ha sido traducida a 30 idiomas. A España llegó de la mano de la editorial Salamandra, en el año 2005, cuando recibió el premio del Libro del Año, concedido por el gremio de Libreros de Madrid. En 1929 publicó su primer gran éxito, David Golder; en 1930, El Baile; y un año después, ‘Las moscas de otoño’. “Es una escritora que trabaja temas duros y los aborda con un estilo hermoso, sin ser enrevesado ni demasiado prolijo en adjetivos. Su escritura es hermosa y engancha desde el primer momento. Ha conseguido que la admire y que desee leer cualquier obra suya, que quiera parecerme a ella”, reconoció. Felisa Moreno tiene publicados diez libros, entre novelas, relatos y teatro, y ayer reconoció que Irène Némirovsky es su “referente”. Felisa Moreno fue presentada por la periodista de VIVA Aurora Guzmán y realizó un autorretrato literario, y también, de confesión de quiénes fueron sus antepasadas y sombras tutelares como autora de hoy que, a diferencia de Némirovsky, escribe sin prohibiciones ni censuras. El ‘diálogo’ de ayer  visibilizó a una escritora hasta hace años olvidada, a pesar de su implacable pericia literaria.