Ir al psicólogo en Huelva ?cuesta una media de entre 50 y 70 euros la hora y conlleva un tiempo de espera para obtener cita de más o menos una semana?.
Ir al psicólogo en Huelva “cuesta una media de entre 50 y 70 euros la hora y conlleva un tiempo de espera para obtener cita de más o menos una semana”. Es la descripción de la red de centros privados para la atención psicológica que realiza el vicepresidente del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental, Juan Orta.
El sector, que en la capital cuenta con una treintena de consultas, puede presumir de “tener una calidad bastante alta, que mejora año a año gracias a los planes de formación específicos, sobre todo a los de posgrado”, según Orta.
Aun así, la atención pública le gana terreno a la privada, “pese a estar saturada y contar con un mayor tiempo de espera”. Esto se entiende por la situación económica del momento que, a todos los colegiados a los que se les ha cuestionado, les está pasando factura. En este sentido habla Manuela Alonso, psicóloga que ofrece sus servicios en la ciudad y que asegura “haber tenido que orientar a algún cliente que otro para que acuda a la asistencia gratuita, porque no ha podido seguir pagándoselo”.
En cuanto a las dolencias, la psicóloga Mónica Ferrera señala que “la ansiedad, las obsesiones, los casos de gente sin pareja de más de treinta años que se siente sola, los problemas de pareja o la convivencia familiar y, en especial, la de los padres con los hijos, suelen ser los asuntos más tratados”.
También influye “la época del año”. Como indica el colegiado Manuel Muñoz, “en los cambios de estaciones, sobre todo en primavera y otoño, suele haber un repunte en el número de consultas”.
Con respecto al tiempo de espera, anda en torno a la semana, aunque, como en el caso de Mónica, cuya primera consulta es gratuita para analizar el caso, “en un par de días concierto una cita, además, mucha gente acude con cierta urgencia y hay que atenderles con la misma premura”.
“Piden que no les saludes en la calle”
Los psicólogos aún se las tienen que ver con un enemigo común, la vergüenza y el pudor que da reconocer que se está asistiendo a terapia por estar ésta aún estigmatizada socialmente.
En este sentido, el vicepresidente del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental, Juan Orta, reconoce que “ hay clientes que incluso me han pedido que si les veo por la calle no les salude”.
Manuela Salas, por su parte, asegura que “todavía hay la creencia de que nosotros les vamos a dar medicación y que por venir van a ser personas más extrañas”. Para la psicóloga y profesora, “no es en absoluto así” y “esto debería ser algo muy normal”.
Pese a todo, los psicólogos notan algo de mejoría en la percepción de su actividad. Según Manuel Muñoz, que también trabaja en la capital, “se ha avanzado bastante, pero aún existen reservas”.