Muchos minutos antes de las cinco y media de la tarde, hora marcada para que la Inmaculada Concepción saliera de su templo, cientos de personas se arremolinaban ya en las inmediaciones de la iglesia para acompañar a la imagen en su recorrido procesional por las calles de Huelva, que cada 8 de diciembre desafía a la lluvia y al frío para rendir homenaje a la Inmaculada.
   Precedida por los sones de la música y los estandartes de las hermandades de Huelva, la Inmaculada Concepción apareció ante sus devotos rodeada de incienso y rosas blancas.
   A paso lento y cadencioso, portada por sus costaleros, como las cofradías en primavera, la imagen de la Inmaculada Concepción recorrió las calles del centro de la capital para regresar, ya entrada la noche, a su templo.