Las deudas han hecho que la constructora ralentice las obras
Los vecinos de Punta Chullera, en Manilva, no pueden más. Llevan más de un año de obras para arreglar los accesos a su urbanización y cada vez que salen de casa tienen que luchar contra el agua y el barro.“Ya llevamos casi un año que para salir de casa es indispensable coger el coche, porque no se puede ir a pie por el barrizal”, señala uno de los afectados.
Se trata de un proyecto financiado a medias entre el Ayuntamiento de Manilva y los 80 propietarios de la urbanización, que a duras penas están pagando contribuciones especiales para, en un plazo de dos años, sufragar el millón de euros largo que les corresponde, aunque según ellos se trata de una vía pública que también usan otros vecinos.“La parte interior de la urbanización sí nos corresponde a nosotros pero la parte principal son los accesos, que también son utilizados por los vecinos de otras urbanizaciones y por los negocios de los alrededores y, sin embargo, los pagamos nosotros íntegramente”, se queja una vecina.
El problema parece ser que la empresa Volconsa no está cobrando, por lo que ha ralentizado las obras, en las que ahora solo hay cuatro trabajadores. Los vecinos reconocen la complicada situación en que se encuentra el consistorio manilveño pero piden que las aportaciones que ellos ya han realizado, que superan los 400.000 euros, lleguen a la constructora.”Aunque aún nos quede parte por abonar queremos que la constructora reciba lo que ya hemos pagado para que se aceleren las obras”, explica Jose Manuel Chaparro, uno de los representantes vecinales.
Y es que afirman que no pueden continuar así porque apenas pueden llegar a sus casas y ya se han producido varios accidentes por las malas condiciones en que se encuentra la zona.“Hay partes donde se acumula mucha agua y, como la instalación eléctrica está provisional, tenemos problemas con la red. Se nos va la luz continuamente y ya ha muerto un perro electrocutado y otros tres, que han podido salvarse, han recibido descargas eléctricas; no podemos seguir así porque se ha convertido en un auténtico peligro, incluso para las personas”, explica un residente de Punta Chullera.
Así las cosas, esperan que el Ayuntamiento transfiera lo antes posible su dinero a la empresa constructora, para que los casi 20 obreros que requiere el proyecto vuelvan a trabajar en él.