Alguien sabe definirme qué es un friki? Wikipedia, esa ciber-enciclopedia de Internet, lo define como “raro, extravagante, estrafalario o fanático” y se usa para referirse a la persona interesada u obsesionada con un tema, afición o hobby. Pero lo cierto es que en los últimos años este término se ha aplicado, por extensión, a personajillos de tres al cuarto que con la simple exposición pública de sus defectos y/o vicios ocultos se erigen en figuras mediáticas de indudable éxito popular. Salen en la tele, los invitan a fiestas, hacen películas... Algunos hasta presentan programas. Sé que por la mente de muchos de ustedes pasan decenas de caras que la televisión y el papel cuché han hecho famosas. Toreros, mujeres de toreros, hijos, hermanos, padres y amantes de toreros… Tonadilleras, hijas y hermanas de tonadilleras, exguardias civiles yernos de tonadilleras… Artistas del cine o del teatro que viven del pasado y lo amortizan contando las miserias de sus compañeros, personajillos sin oficio ni beneficio salidos del Gran Hermano, echadoras de carta o futurólogos que adivinan el futuro con las verduras, condenados en régimen abierto que cuentan sus tropelías en televisión cobrando millones de euros… Tipos que, paradójicamente, ganan dinero por mostrarse “tal cual son”. Todo vale. Cuanto más demuestren su incultura o bajeza moral, mejor. Cuanto más insulten o griten, más cobran. Cuanto más hagan el imbécil, mayor audiencia. Es entonces cuando uno se pregunta, con una cierta dosis de preocupación ¿qué imagen proyecta esta sociedad a nuestros jóvenes, si la simple muestra pública de los defectos o el testimonio de la incultura más extrema ya es susceptible para encontrar un hueco en un espacio televisivo y, encima, cobrar por ello? A ver si ahora se va a hacer buena la respuesta que ese niño dio a su madre cuando ésta le preguntó qué quería ser de mayor, si ingeniero, médico, abogado o empresario. El chaval dijo que quería ser famoso de la televisión porque “ésos son los que ganan dinero fácil, rápido y además viven bien”. ¿Es o no es para  reflexionar?