Han tenido que transcurrir cuarenta años para que una `gabarra´ más olvidada que las `barcazas de la almadraba´, fuera restaurada, pintada y engalanada, para servir como plataforma en paseo fluvial por el `Bidasoa´, exhibiendo la `Copa del Rey´ que ganaran en Sevilla los llamados `Leones de San Mamés´, ante más de un millón de seguidores y aficionados vascos. Personalmente me parece `mú requetebién´ que estas celebraciones deportivas se manifiesten a bombo y platillo en un lenguaje festivo y cordial. Ya me gustaría que todos los eventos de diferentes índoles donde se congregan tantas personas se celebraran con esa alegre empatía mostrada en Bilbao, pero desafortunadamente eso solo ocurre en celebraciones deportivas y algunas otras fiestas.
Parece increíble, pero es cierto, que a través de una afición, sea cual sea, personas de diferentes clases, formas y pensamientos, se unan para festejar hechos o victorias como esta. De los más de un millón de defensores del Atleti, por muchos monárquicos y requetés que simpatizaran con la bandera carlista de la Cruz de San Andrés, a buen seguro que los abrían de toda suerte, patria y religión, pero sin embargo, todos aplaudían, cantaban y se divertían celebrando la ansiada `Copa del Rey´.
Despojados de camisetas y atuendos blancos y rojos, pero todavía con la resaca de la `Copa del Rey de España´, muchos dirigentes, socios y simpatizantes integrados en partidos de izquierda abertzales, en el desarrollo de la campaña electoral que culminaría con las votaciones Vascas del 21 de abril, se verían obligados, sobre todo los más independentistas y radicales, mostrar comportamientos bien distintos a los que exhibieran en la celebración de la `Copa del Rey´. Así que en coloquios, mítines, o asambleas, los partidarios y afiliados a los partidos más extremistas les tocaba representar la otra cara de la moneda; la que no muestras la cara del Rey. `Esa cara B¨ que para ellos representa la pureza de su raza y valores superiores. Esa que tan buenos resultados les ha dado practicando el mejor sistema. Manifestarse como separatista o antiespañol sin escatimar ningún tipo de acciones para mostrar su desprecio y animadversión, mostrando un nacionalismo que no duda en quemar banderas en cualquiera de sus manifestaciones, donde algunos son los mismos perros con distintos collares, Lo mejor que el fatídico nombre de la ETA, ya no existe en nuestra sociedad, y atrás quedaron todos los horrores que sufrieran muchas personas. Por eso no acierto a comprender la tabarra que dieran con la Gabarra en una copa que representa a España.
Ahora terminadas las votaciones, llegarán los posibles pactos de gobiernos con los aizcolaris, que cortaran trocos, levantarán piedras, y hablaran el euskera más profundo, para sacarle al `Estado´ que tanto odian y critican hasta las mismas `asaura´ en forma de impuestos, mejoras, y medidas especiales para que en Euskal Herria vivan con una renta per cápita superior a las demás comunidades. Parece que el tema del nacionalismo todo lo consigue, sin embargo, a otras comunidades que respetan y cumplen la constitución les niegan el `pan y la sal´. Y cuidado que ahora llegan los castelleses que a ritmo de sardana se llevarán lo poquito que queda, y para todos los demás como decía el Peña, ¡Un mojón!