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Miércoles 27/11/2024
 
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Pardo acaricia los tangos con sus ?manitas?

El grupo del pregonero presenta sus credenciales para estar en lo más alto en este concurso

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  • Los manitas. -
Un teatro lleno a rebosar en la fase preliminar del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas tiene dos posibles razones: Que una flota de autobuses llegue de lejos para abrigar a los paisanos o que la sesión tenga un atractivo inmenso para cualquier aficionado objetivo. Y de las dos, la segunda causa era la que confluía en la sesión de ayer.

Decir Julio Pardo es hablar de un coro de calidad garantizada. El pregonero de 2011, acompañado de su inseparable Antonio Rivas, es a los coros de Carnaval lo que Lázaro Carreter a la Lengua, Mercedes-Benz a los coches o Stradivarius a los violines. Que un mal año de este coro le relegue a una segunda posición lo dice todo. Por cierto, menudo tango para saborear con Los manitas no es lo mismo que tengo menudo con manitas para rebañar, que también lo quisiera. Cai.

Y para que la noche no se quedara sin un defensor del título del pasado COAC, saltaron a escena The Cádiz Post Times: el periodico de la mañana, pero no mu temprano, la chirigota del bueno de Vera Luque, que no defraudó a la parroquia en el día de los enamorados (del Carnaval).

LOS MANITAS
Con acordes de Serrat arranca el coro del pregonero, “la calle Manitas siempre está de fiesta... todo está arreglao, deja todo en mis manitas”. Tango al tango, “el himno del gaditano”. Segundo a Zapatero, “ te lo digo sin paños calientes, que es una vergüenza tener una mierda de presidente”. Estribillo de cariño, “mis manos son gaditanas, una romana y otra fenicia, y sólo le dan a Cádiz caricias, caricias, caricias”. Popurrí artesano a contrarreloj. Ole.

MADE IN TAIWAN
Trabajadores de un taller de costura llamado El hijo de la gran china que “se mueren por cantar en el Falla”. Tony Rodríguez, el chino con los ojos más redondos del mundo, sólo podía lucir su camiseta del Cádiz por debajo del tipo. Pasodoble al derrotismo gaditano en contra del sábado de Carnaval, “sobráis ustedes por sinvergüenzas”. Cuplés de todo a sesenta céntimos, el primero a la crisis, “Falete se ha quedao en el chasis”. Chimpún.

LA EXTRANJERA
La comparsa femenina de Sevilla se planta sobre las tablas con tipos de emigrantes andaluzas que se marchan a servir con su maletita a cuadros, “ya no seré lo que era, todos me llamarán la extranjera”. Pasodoble del veneno del Carnaval, con los ensayos que obligan a abandonar a sus hijos, “que le he robao tiempo a mi marío, que no arropo a mis niños en sus camitas”. Cuplé a la saga Crepúsculo y al vampiro guapo, “tú dame un bocao en el cuello, que yo te lo daré en otra parte”. Ejem.

COSTA TACITA
El joven cuarteto de cruceristas inician su singladura en el Falla representando a dos parejas que van a bordo del buque del amor. Una de ellas es una pareja gay, “con el culo como un bostezo”, la otra, un mollatoso casado con la mujer barbuda “que se parece a El Alemania”. “Pito, pito, pa mi culito”, dicen. Cuplé a la operación Galgo y a “un negrito que dejó el atletismo y ahora le va con la pértiga de maravilla”. Alegría de cuarteto.

THE CÁDIZ POST TIMES
Los gacetilleros de Vera Luque cantan a su periódico valiente, “con la libertad de expresión por bandera”. Segundo a los personajillos que se creen Bustamantes o Cristianos Ronaldos en el mundo del Carnaval. Cuplé al tabaco y al padre que le daba de comer a su hijo en un parque, vino la policía de detrás de una palmera, “y me fumé el biberón, me comí el cigarrito y tiré al niño a la papelera”. Popurrí para que no pare la rotativa. Chirigota.

POR UNA REGULACIÓN DE EMPLEO MIRA DONDE ME VEO
El grupo de albañiles venidos a menos que ya ni dicen bastinazos a las muchachas y sacan la pluma a pasear por la acera de enfrente. Toda una regulación de empleo y un nuevo rumbo virando a popa. Pasodoble a la huelga general y a los piquetes informativos. Cuplé sobre el asunto de tapar agujeros en un cuarto oscuro hasta que se encontró a su suegro. Estribillo que pasa de poner perlita a dar cremita, “dando cremita”. Popurrí para enfoscar o guardar tras un tabique. Toda una obra.

EL CAPITÁN DE LA PLAYA
Las ánimas de viejos marineros que naufragaron en la orilla y se quedaron allí, mimetizándose con la arena, cantan a Antonio Martín en su primer pasodoble, a La Caleta y “a las escolleras y al viento que acaricia con coplas de Carnaval”. Pero qué buena es esa guitarra, qué buen punteo y qué compás. La comparsa onubense cuaja una buena actuación bien abrigada por una numerosa parroquia de paisanos.

¿QUIÉN ANDA AHÍ?
Eso me pregunto yo. ¿Quién anda ahí? Pues una chirigota de pusilánimes y alfeñiques, más pálidos que Iniesta y con más ojeras que el doctor Jiménez del Oso, que no puedern dormir a causa del miedo ni siquiera abrazados a sus enormes osos de peluche. Pasodoble, el enésimo, a los niños perdidos durante el franquismo. Popurrí que da otra vuelta de tuerca al miedo, y otra. Y lo que daba miedo era el teatro vacío.

EL MESÓN DE LA MOLINERA
Con olor a tasca antigua, de frascas frescas de vino, bandoleros y militares conviven sobre las tablas en este Mesón de la molinera. Difícil cerrar esta sesión para estos comparsistas, que pese al calor de su afición, sus palmas y su jaleo, el vino se les calentó y se les enfrió la berza. Pasodobles flojos y cuplés a los pobres. Qué polvo tenía el camino, qué polvo la carretera, qué polvo tenía el molino, qué polvo la molinera...

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