El incendio se localizó en un dormitorio, donde se almacenaba gran cantidad de ropa. La carga de calor generada hizo estallar puertas y ventanas, lo que favoreció la propagación por el resto de la vivienda. Una vez que los bomberos lograron localizar el foco del incendio, lo extinguieron en unos diez minutos.
Las zonas comunes del edificio se inundaron de humo. Mediante una ventilación positiva, se logró frenar su propagación que ya empezaba a afectar al resto de viviendas. Los vecinos son evacuados una vez controlado el riesgo.
Para controlar el incendio, han sido necesarios unos 1.500 litros de agua, así como 11 efectivos del CBPC en Jerez con dos autobombas urbana pesada (U-40 y U-32), una autoescala (E-19) y dos vehículos de mando y apoyo logístico (M-35 y M-36). Los Bomberos han empleado en su actuación 10 Equipos de Respiración Autónoma (ERAs), cámara térmica, 3 mangueras de 25mm, 1.500 litros de agua, un turboventilador y herramientas de mano.
y ahora qué
El incendio ocurrido provocó gran alarma entre los vecinos de la barriada que acudieron rápidamente al lugar de los hechos. “Empecé a escuchar por la ventana, ¡Mari, Mari!, y me di cuenta de que había fuego. Me puse nerviosa porque mi marido está en silla de ruedas, pero entre dos o tres hombres cogieron a mi marido en brazos, también cogieron la silla y salimos todos de la casa, hasta me dejé la puerta abierta”, contó la vecina del piso inferior al incendiado que tuvo que salir de casa prácticamente con lo puesto.
De hecho, esta misma vecina fue atendida por los servicios sanitarios. “Yo padezco de tensión alta y me han tenido que poner la pastilla debajo de la lengua porque del pellizco que me ha entrado, eso se ha revolucionado”, explicó.
Por su parte, Carmen, la dueña de la vivienda que resultó incendiada, también mostró su desconsuelo. “¿Y ahora qué vamos a hacer?”, preguntaba. La mujer de 74 años, que llevaba más de 40 residiendo en este edificio, vivía actualmente con su marido. Carmen relató con pena que “menos mal que no nos ha cogido en casa”, pero se sentía confusa ante la incertidumbre de saber qué ocurrirá ahora y de haber perdido todo lo que tenía. Sin embargo, los vecinos la consolaban, ya que el seguro se encargará de todo lo ocurrido.
En total en el edificio residían cinco familias que anoche se vieron obligadas a dormir fuera de casa. “Nos iremos a casa de mi hijo”, comentó una vecina.
