CSI-F denuncia la agresión a un funcionario de prisiones por un antiguo interno en la vía pública
El sindicato CSI-F ha querido hacer público ?este ataque a un trabajador ante la gravedad de lo ocurrido?
“Tú eres un torturador, ¿no te acuerdas de mí cabrón? Te voy a matar”. Estas fueron las amenazas de un antiguo interno del centro penitenciario de Huelva a un funcionario de la prisión en plena vía pública, en la Avenida de Alemania de la capital, justo antes de agredirle físicamente.
Después de identificarlo, el agresor se abalanzó sobre el funcionario propinándole fuertes puñetazos y patadas mientras la víctima intentaba en vano pedir ayuda por teléfono. Fue una dotación de la Policía Nacional que en esos momentos patrullaba por la zona la que intervino en el altercado procediendo a la identificación de los implicados y la asistencia del agredido que fue trasladado al servicio de Urgencias del hospital Blanca Paloma donde certificaron lesiones en el oído, la mandíbula, una mano y las piernas por lo que recomendaron la baja laboral.
El sindicato CSI-F ha querido hacer público “este ataque a un trabajador ante la gravedad de lo ocurrido”. La Central Sindical ha lamentado, además, que no era la primera vez que el funcionario recibía intimidaciones de este sujeto fuera del centro penitenciario ya que cuatro meses antes de este asalto le increpó en la calle preguntándole insistentemente por su trabajo; una situación que pudo eludir la víctima.
El desencadenante de la agresión, según el propio afectado, hay que buscarlo en el ejercicio de sus funciones como funcionario de prisiones. Concretamente se refiere a su actuación en un control rutinario en la cárcel después de que el entonces interno recibiera la visita de varios familiares. Fue entonces cuando le requisó un medicamento obtenido “de forma ilícita” según se recoge en la denuncia que presentó ante el Juzgado de Instrucción de Guardia. La intervención se produce, en palabras del demandante, “con el doble motivo de preservar la salud del recluso y no permitir que fármacos no prescritos por facultativos o no sometidos a control sanitario del centro puedan ser consumidos por internos”. Después de este episodio, no se volvieron a producir conflictos entre el funcionario agredido y el recluso.
Trámite penal
Por el riesgo evidente tanto del trabajador como de su familia fue solicitada una orden de alejamiento para prevenir posibles altercados; mientras, la denuncia de la agresión sigue su curso legal y ante la trascendencia de los hechos la demanda ha sido admitida a trámite por la vía penal.
Para la sección sindical de CSI-F en el centro penitenciario, “es intolerable que un trabajador público realice un requerimiento en el ejercicio de sus competencias y, por ello, sea increpado y agredido por internos que han dejado la penitenciaria”. Según CSI-F, este tipo de situaciones son cada vez más habituales aumentando el peligro asociado al trabajo de los funcionarios de prisiones.
Después de identificarlo, el agresor se abalanzó sobre el funcionario propinándole fuertes puñetazos y patadas mientras la víctima intentaba en vano pedir ayuda por teléfono. Fue una dotación de la Policía Nacional que en esos momentos patrullaba por la zona la que intervino en el altercado procediendo a la identificación de los implicados y la asistencia del agredido que fue trasladado al servicio de Urgencias del hospital Blanca Paloma donde certificaron lesiones en el oído, la mandíbula, una mano y las piernas por lo que recomendaron la baja laboral.
El sindicato CSI-F ha querido hacer público “este ataque a un trabajador ante la gravedad de lo ocurrido”. La Central Sindical ha lamentado, además, que no era la primera vez que el funcionario recibía intimidaciones de este sujeto fuera del centro penitenciario ya que cuatro meses antes de este asalto le increpó en la calle preguntándole insistentemente por su trabajo; una situación que pudo eludir la víctima.
El desencadenante de la agresión, según el propio afectado, hay que buscarlo en el ejercicio de sus funciones como funcionario de prisiones. Concretamente se refiere a su actuación en un control rutinario en la cárcel después de que el entonces interno recibiera la visita de varios familiares. Fue entonces cuando le requisó un medicamento obtenido “de forma ilícita” según se recoge en la denuncia que presentó ante el Juzgado de Instrucción de Guardia. La intervención se produce, en palabras del demandante, “con el doble motivo de preservar la salud del recluso y no permitir que fármacos no prescritos por facultativos o no sometidos a control sanitario del centro puedan ser consumidos por internos”. Después de este episodio, no se volvieron a producir conflictos entre el funcionario agredido y el recluso.
Trámite penal
Por el riesgo evidente tanto del trabajador como de su familia fue solicitada una orden de alejamiento para prevenir posibles altercados; mientras, la denuncia de la agresión sigue su curso legal y ante la trascendencia de los hechos la demanda ha sido admitida a trámite por la vía penal.
Para la sección sindical de CSI-F en el centro penitenciario, “es intolerable que un trabajador público realice un requerimiento en el ejercicio de sus competencias y, por ello, sea increpado y agredido por internos que han dejado la penitenciaria”. Según CSI-F, este tipo de situaciones son cada vez más habituales aumentando el peligro asociado al trabajo de los funcionarios de prisiones.
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