La situación del transporte público en Almería está al borde de la saturación. La concejala socialista en el Ayuntamiento, Carmen Aguilar, ha alzado la voz para denunciar lo que considera un cúmulo de errores administrativos y falta de previsión que está afectando tanto a usuarios como a trabajadores. Después de más de 20 años de gestión de la alcaldesa, María del Mar Vázquez, y su equipo, el servicio sigue sin ajustarse al crecimiento de la ciudad, lo que ha generado un ambiente de tensión y frustración entre los empleados del transporte, quienes ya han anunciado paros para los próximos días en señal de protesta.
El sistema actual no da abasto: las líneas de autobús existentes no están diseñadas para cubrir la demanda de una ciudad en constante expansión, y la falta de vehículos y personal ha creado un cuello de botella que repercute en la calidad del servicio. Aguilar explica que, aunque la demanda ha crecido, la administración no ha anticipado esta evolución, dejando a los usuarios desatendidos y al personal saturado de trabajo. “Se supone que la alcaldesa y su equipo tienen que adelantarse a los problemas, y hace años que tendrían que haber empezado a analizar qué transporte público necesita la ciudad, y no ahora deprisa y corriendo, con un contrato prorrogado y con una empresa que ya ha dicho que no quiere seguir”, afirmó Aguilar.
Además de la falta de planificación en el transporte público, Aguilar ha destacado que esta falta de visión estratégica se extiende a otros servicios esenciales de la ciudad. Tanto los contratos de recogida de basura como los de limpieza y mantenimiento de parques y jardines están a punto de vencer y, sin embargo, el Ayuntamiento no ha preparado aún los pliegos para nuevas licitaciones. “La agenda de la alcaldesa está llena de eventos, pero no figura en ella anticiparse a las necesidades futuras de la ciudad”, lamenta la concejala, haciendo hincapié en que los problemas de gestión se evidencian cada día en las calles y barrios de Almería.
El malestar entre los ciudadanos es palpable. En una reciente visita a la avenida Cabo de Gata, Aguilar observó la situación durante la hora punta, alrededor de las 08:00 de la mañana. A esa hora, numerosos usuarios esperan en paradas repletas, mientras que los autobuses ya llenos pasan sin detenerse, incapaces de albergar a más pasajeros. Aguilar añade que la situación se ve agravada por los recientes cambios en el tráfico, como la reducción de carriles hacia la Universidad impulsada por el Partido Popular, lo que ha generado atascos adicionales en esa zona.
Para la concejala socialista, el problema no es exclusivo de las líneas universitarias, aunque estas se vean especialmente afectadas; “hay mucho movimiento de viajeros en las líneas universitarias, esta circunstancia se da prácticamente en todas las líneas”, recalca. Aguilar insiste en que la ciudad necesita urgentemente incrementar la frecuencia de paso y el número de autobuses para cubrir la demanda actual. Además, menciona que el aumento de pasajeros es positivo en cuanto a la aceptación del transporte público, pero exige al Ayuntamiento que tome las medidas necesarias para garantizar un servicio ágil, puntual y eficiente.
Aguilar subraya que esta situación está afectando no solo a los usuarios sino también a los trabajadores de la empresa de transporte, quienes, según sus palabras, "han puesto el grito en el cielo porque no pueden esperar a que finalice el estudio que ha contratado el Ayuntamiento". Este estudio, que el consistorio ha encargado para analizar y planificar el futuro del servicio de transporte público, llega tarde para los empleados que enfrentan la presión diaria de gestionar un servicio al límite de su capacidad.
La concejala insta al Ayuntamiento a trabajar de forma urgente junto con la empresa concesionaria en un refuerzo de plantilla y un aumento del número de vehículos en las líneas más congestionadas. Según Aguilar, si la alcaldesa continúa dedicándose a eventos y actos públicos en lugar de abordar los problemas de gestión, "lo que tenemos y lo que nos espera son líneas de autobuses poco prácticos y una plantilla de trabajadores quemados”.
Este llamado a la acción llega en un momento en que los almerienses exigen un cambio y una administración que responda de forma eficiente a las necesidades de una ciudad en expansión. El transporte público, lejos de facilitar la movilidad en la ciudad, está convirtiéndose en un problema que tanto empleados como usuarios consideran insostenible y que necesita soluciones inmediatas.