La solicitud de la federación británica de posponer la elección del presidente, con el objetivo de poner en marcha un proceso "transparente" y tener al menos un candidato alternativo, fue rechazada por una clara mayoría de los delegados que participaron en el 61 Congreso de la FIFA, en Zúrich.
Al mando desde hace trece años de la institución considerada como la más poderosa del planeta en el mundo del deporte, Blatter fue ungido nuevamente como presidente para el periodo 2011-2015 con 186 votos, de un total de 203 emitidos.
"Les agradezco su confianza, de todo corazón. Juntos vamos recorrer los próximos cuatro años, siempre y cuando Dios me conceda la vida, la energía y la fuerza de continuar", dijo emocionado instantes después de confirmarse su reelección.
Señaló sentirse "satisfecho" de que su institución haya restablecido su "unidad y solidaridad", al tiempo que prometió llevar "al barco de la FIFA a aguas claras y transparentes".
Reconoció que esto no podrá hacerse de la noche a la mañana, pero aseguró: "Lo vamos a hacer".
Blatter hizo alusión así a la sucesión de denuncias de corrupción que empañaron las elecciones en la FIFA y que, entre otras cosas, llevaron a que fuera apartado del proceso electoral, cuatro días antes, el único candidato alternativo, el catarí Bin Hamman, que fue acusado por uno de sus colegas del Comité Ejecutivo de la entidad de haber ofrecido sobornos a cambio de votos.
Al mismo tiempo surgieron denuncias contra Blatter, a quien se acusó de que había entregado un millón de dólares de las arcas de la FIFA a la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (CONCACAF) para que lo utilizara como considerase conveniente y así ganarse sus votos.
En estas circunstancias Blatter emprenderá su cuarto periodo como presidente, con lo que estará 17 años al frente de la FIFA, a la que ha prometido encaminar hacia un proceso de reformas de fondo.
En esta línea y minutos antes de dar por clausurado el Congreso, Blatter propuso que los delegados emitieran un voto en relación a sus tres propuestas fundamentales: dar al Congreso -integrado por 208 federaciones nacionales- el poder de elegir las sedes de los mundiales, reforzar la Comisión de Ética y crear un Comité de Soluciones que enfoque su trabajo en resolver la crisis generada por las recientes denuncias de corrupción.
El Congreso las aprobó por 176 votos frente a 4 en contra.
El cambio más significativo que ha planteado el suizo es que la designación de las sedes de los mundiales de fútbol -actualmente prerrogativa de un Comité Ejecutivo compuesto por 24 personas- recaiga en el pleno del Congreso de la FIFA.
Esa decisión se tomará en base a una lista corta de países candidatos que presentará el referido comité.
La adjudicación de los mundiales de 2018 y 2022 a Rusia y Catar, respectivamente, el pasado diciembre, quedó ensombrecida por las denuncias de que estos países habían ofrecido prebendas para garantizarse la victoria.
Asimismo, Blatter ofreció una reforma de la Comisión de Ética que consistirá, principalmente, en que sus miembros sean elegidos también por el pleno del Congreso.
Actualmente, los integrantes de este órgano son elegidos por el presidente de la FIFA.
Blatter también se comprometió a promover la creación de un "Comité de Soluciones" para investigar las actuales acusaciones de corrupción que pesan sobre la institución, evaluar si ésta ha reaccionado apropiadamente y plantear correcciones al sistema de control interno.
Ese órgano, detalló, debería estar presidido por una personalidad eminente y contar con el apoyo de expertos ajenos a la FIFA, aunque recalcó que sería una estructura perteneciente a la institución "porque los problemas hay que resolverlos desde dentro".
Comentó que este comité especial tendría la potestad de convocar un Congreso extraordinario "para resolver los problemas pendientes".
Blatter también se refirió a la necesidad de luchar contra los partidos amañados y mencionó que, con este fin, la FIFA ha cerrado un acuerdo con Interpol.
Sostuvo que la pérdida de credibilidad frente a los hinchas del fútbol que genera ese "acto delictivo" es un "peligro real".