Absuelven a una mujer acusada por querer prostituir a una inquilina

El Juzgado de lo Penal número 5 de Almería ha absuelto a una mujer que fue denunciada por otra mujer que le alquiló una habitación, quien aseguraba que había intentado prostituirla con amenazas y agresiones.

La Fiscalía la acusaba por un delito de coacciones, por el que solicitaba un año de cárcel y una orden de alejamiento de 500 metros durante tres años, y por un delito leve de lesiones y otro leve de daños, por el que interesaba dos multas de 405 euros.

El Ministerio Público también pedía el abono de indemnizaciones por un total de 300 euros.

En este sentido, la juez Juana Cortés señala en su fallo que la denunciante aseguró ante la Guardia Civil que tras alquilar una habitación en Roquetas de Mar (Almería) a la procesada a inicios del pasado mes de julio, ésta había intentado que ejerciese allí la prostitución.

Sin embargo, para la magistrada no ha quedado probado que la acusada manifestase por teléfono a la denunciante que tenía que trabajar para ella y que, en caso contrario la iba a "matar", asegurando que su marido era un "hombre muy peligroso".

Tampoco considera acreditado que minutos después de esta llamada la procesada se presentase en el domicilio y la agrediese en la cabeza con un objeto contundente, o que hecho esto sacase un cuchillo mientras reiteraba que la iba a matar, o que tirase al suelo el móvil de la denunciante.

A pesar de que la procesada no compareció en el juicio, la juez afirma que el testimonio de la denunciante, a pesar de haber sido "parcialmente persistente", no reúne las "notas jurisprudenciales precisas" para poder condenarla.

"En el juicio oral, la denunciante manifiesta que ratifica su declaración. No ofrece respuestas coherentes cuando es interrogada por las partes sobre ciertas contradicciones en sus propias manifestaciones anteriores", abunda.

En este sentido, la magistrada precisa que al parecer "todo comienza" al tercer día de alquilar la habitación, cuando la denunciante pide el dinero entregado al decidir marcharse porque "no se encontraba bien", un dato del que "es posible derivar la existencia de un móvil espurio".

Subraya asimismo las contradicciones que "restan verosimilitud" a lo narrado por esta mujer, además de la falta de "coherencia externa en su testimonio", que no cuenta con datos "objetivos" que permitan corroborarlo, al no haber declarado ninguno de los testigos que supuestamente residían con ella en este domicilio, la amiga que grabó la supuesta agresión, o los guardias civiles que acudieron al lugar de los hechos.