La Junta de Andalucía ha tramitado la baja de Viajes Alborán por inactividad tras cesar su actividad en noviembre del año pasado y dejar pendientes numerosos viajes y reservas ya abonadas por decenas de clientes, lo que llevó a la detención de sus responsables por presuntos delitos de estafa y apropiación indebida.
Según han informado fuentes de la Administración autonómica a Europa Press, el expediente sancionador sigue en fase de investigación, aunque, al existir un procedimiento judicial en curso, la vía administrativa quedará en suspenso hasta que haya una resolución.
Asimismo, tras varias inspecciones a las instalaciones en Almería, la Administración autonómica ha precisado que su competencia en materia de turismo se limita a los viajes combinados, "con una única persona afectada", mientras que la compra de billetes aéreos, que representa la mayoría de los casos denunciados, queda fuera de su ámbito de actuación.
Las investigaciones policiales determinaron que la actividad fraudulenta de la agencia afectó al menos a 53 clientes, con un perjuicio económico superior a 152.000 euros.
La operación se inició en noviembre de 2024 tras la recepción de múltiples denuncias ciudadanas en la Comisaría de Almería. Las víctimas, "en su mayoría extranjeras y de bajo poder adquisitivo, manifestaron haber contratado y pagado viajes a través de la agencia Viajes Alborán, cuyas reservas nunca llegaron a materializarse".
Los afectados descubrieron el fraude al encontrar cerrada la oficina, con un cartel de cierre temporal y un correo electrónico del que no obtenían respuesta.
En algunos casos, el engaño se desveló en el último momento, cuando las víctimas intentaban embarcar en sus vuelos y descubrían que las reservas no existían, lo que les dejó sin posibilidad de viajar para visitar a sus familiares en sus países de origen.
La investigación, que se extendió durante varios meses, permitió recopilar las denuncias y documentación de las víctimas, así como determinar el modo de actuación de los detenidos.
La falta de información de los clientes, que no sabían si la agencia había confirmado sus reservas, ralentizó un proceso en el que, en ocasiones, "hubo que esperar hasta la misma fecha del viaje para comprobar si el delito se había consumado".
Los pagos, en muchos casos realizados en efectivo, dificultaron la verificación de las reservas. Desde la Policía Nacional señalan que la relación de confianza que los clientes mantenían con los responsables de la agencia "fue un factor clave para consumar las estafas".