Arrancó con una marcha más el cuadro malaguista, arengado por una afición a la que la lluvia no le impidió animar como si del día más soleado se tratase. Roko Baturina bregaba con los centrales, mientras que Antoñito Cordero y Larrubia haciendo estragos por la banda.
A los cadistas les costaba salir de su propio campo. Ontiveros, como era de esperar, recibía una sonora pitada cada vez que conectaba con el balón.
El choque era bronco y con poca continuidad. Continuas faltas y pocos argumentos en la parte ofensiva durante los primeros 20 minutos, en los que el fútbol se estaba cociendo a fuego lento. De lo más interesante fue ver a Javier Ontiveros acercarse a la esquina para sacar un córner, ante el sonido de viento que llegaba desde las gradas de Martiricos.
La más clara del partido llegó en el minuto 32. Baturina peinó a las mil maravillas un balonazo de Alfonso Herrero para que le quedara en los pies a Larrubia, el cual asistió a Antoñito Cordero. El jerezano se internó en el área y golpeó con la zurda, aunque algo forzado. David Gil despejó con los pies el que pudo ser el primero del encuentro.
De La Rosa tuvo que entrar por Brian Ocampo en el 36', después de que este cayese lesionado. Cordero lo seguía intentando con acciones aisladas, las cuales no creaban excesivo peligro. Con una suya finalizó la primera parte, en la cual ninguno de los dos equipos dio síntomas de encontrarse incómodo con el empate.
El paso por vestuarios no trajo nada nuevo. La igualdad y las pocas ocasiones seguían siendo la tónica dominante. Ontiveros intentaba filtrar algún pase por dentro, mientras que el Málaga apostaba más por el juego de bandas.
Ochoa lo intentó con un disparo lejano justo antes de marcharse sustituido, al igual que Baturina y Cordero. Entraron en su lugar Kevin, Lobete y Dioni Villalba, con el objetivo de buscar algo diferente en la parcela ofensiva.
Apenas necesitó 10 segundos Kevin para forzar un córner, que trajo posteriormente un flojo disparo de Dioni, el cual atajó David Gil. El propio Kevin tuvo otro con la pierna izquierda, tras un centro raso de Larrubia. Los de Pellicer comenzaron a mostrar sus cartas tras estos revolucionarios cambios.
No obstante, esta energía duró poco, al tiempo que la lluvia comenzó a apretar. Chris Ramos lo intentó con un tiro alto. Fue de las pocas acciones destacables de un partido marcado por la pasividad.
Toda esta pasividad se transformó en euforia visitante en el 83'. Matos se internó en el área tras un rebote y puso un balón atrás donde aguardaba Melendo con la caña preparada, el cual no falló y puso el 0-1.
Un minuto después, llegó la sentencia. Matos aprovechó un contraataque para batir a Alfonso Herrero con una efectiva vaselina. Pidió perdón a la que fue su afición hace unos años y mandó los tres puntos a la Tacita de Plata.
Esta derrota, unida al triunfo del Eldense, deja los puestos de descenso a cinco puntos de distancia.