La imagen más comentada de este lunes, sin género de dudas, ha sido la del Rey Felipe VI con el rostro quemado por el sol tras haber pasado el fin de semana en Formigal (Aragón) esquiando con amigos.
A pesar de ser un experto esquiador, y de ser la tercera vez en las últimas semanas que hace un hueco en su agenda oficial para disfrutar de su pasión por la nieve con su círculo más íntimo -ya que es de sobra sabido que la Reina Letizia no comparte la afición de la Familia Real por el esquí y desde que se casó con el monarca hace 20 años tan solo la hemos visto en la estación de Baqueira Beret en una ocasión, en 2004-, Don Felipe se relajó en exceso y no se protegió de manera adecuada de los rayos UVA, y la consecuencia ha sido reaparecer públicamente con las mejillas quemadas en un tono rojo intenso.
Él mismo lo ha reconocido con una sonrisa de oreja a oreja en su primer acto de la semana, la V edición del Foro Económico Español 'Wake Up, Spain!' que se ha celebrado este lunes en Casa América: "Esto es lo que ocurre cuando uno no se protege adecuadamente del sol" ha expresado al inicio de su intervención, tomándose con resignación y sentido del humor lo curioso de su aspecto -ya que al haber esquiado con gafas de sol y casco tan solo tiene quemados la nariz y los pómulos, por encima de la barba- desatando las risas de los presentes.
En lugar de optar por disimular lo quemado de su cara con maquillaje, Felipe VI ha dado naturalidad a su 'contratiempo' y no ha dudado en pronunciarse directamente al respecto para concienciar a la población de la importancia de usar una buena protección solar en todo el cuerpo si vamos a estar expuestos al sol, aunque haga frío, para que no les pase lo mismo que a él en Formigal.
