Este año le pido, en las “rebajas”, a las Magas (espero que cambiando, sexo y monarquía, las cosas vayan mejor) que no siga “el legado”. Ya sabemos que, históricamente, el poder corrompe, también a quienes dicen tener la “sangre azul”, y supuestamente, afecta, como un virus contagioso, a quienes degustan los placeres de la pleitesía…Y si no, sólo hace falta echar un vistazo a la ¿austeridad? en las instituciones, intocables y aferradas al “poderoso caballero, don dinero”.
Magas, os pido tener una Presidenta de Gobierno aunque fuera algo extraordinario que la igualdad de oportunidades no fuese una falacia sino una realidad. Que los departamentos ministeriales se los adjudicaran a personas que no tengan, necesariamente, pomposos currículum vitae. La experiencia nos dice, que las circunstancias, no sólo requieren de una formación cualificada…Quienes nos representen, deberían vivir temporalmente, con una familia cuyos miembros se encuentren en desempleo de larga duración, y/o que sintieran el frío y la soledad de las personas que por problemáticas o situaciones traumáticas, no tienen más hogar que las calles, y/o que asumieran el papel, ingente y la impotencia, de las madres y padres con hijas/os con discapacidad física, psíquica, sensorial, intelectual…cuando tienen que ver que no se les garantizan servicios, prestaciones y recursos continuados de apoyo, y/o que se acerquen para descubrir como, todavía, el porcentaje mayoritario de cuidadoras de personas con dependencia, continúa siendo una imposición sociocultural por género y/o que, se den varias vueltas sin declarar sus cargos, o sea pasando desapercibidos/as, por empresas públicas y privadas en las que podrán observar que el burning laboral, el acoso y las llamadas a la subordinación todavía son unas “prácticas amatorias” de los/as “filopoder”. Quienes nos representen, deberían garantizar que la visibilización de las mujeres en todos los ámbitos, no sea un reclamo, sino una oportunidad de crecimiento humano; que las personas mayores no sean utilizadas ni engañadas para engrosar el nº de votos, sino como un sector poblacional necesario para enseñarnos, movilizarnos y para agradecerles todo lo que nos han aportado. Que sean ejemplo de ética humanística, revulsivo de desigualdades, reaccionarias/os ante lo que distorsiona el concepto profundo, de la Política. Más trabajo y menos “chapapote verbal”. Queridas Magas, recortadle la barba, primero, a quien nos va a dirigir…bajadle su sueldo. Que no se den reducciones de plantillas, que el desempleo no sea la respuesta. Queridas Magas, siento que no le hayáis podido regalar nada al Niño Jesús, ya sé que este año sus padres tienen hipotecado el pesebre. No tuvo ni mula ni vaquita. Y sé que pastoras y angelitos están haciendo cola en el SAE. Que seamos más felices...
