Ayer, sin ir más lejos, Marcelino realizaba unas observaciones a Kanouté, que le dejaba con la palabra en la boca, pese a que el técnico le seguía, y hasta se marchaba del entrenamiento, para completarlo luego en solitario, ya sin la vigilancia del jefe. La tensión era evidente.
Y es que Kanouté, pese a no estar ni al 50% de lo que fue, no tiene más minutos en un conjunto que no hace goles (el maliense sigue siendo este año el máximo goleador del equipo) y eso no lo lleva bien, porque además en algún partido, como el del Valencia en Copa, fue el tercer cambio cuando se tenía que remontar una eliminatoria que se marchaba, como así fue.
Hay más motivos por los que Kanouté se ha distanciado del entrenador, y el entrenador de Kanouté, por ejemplo, la tarjeta amarilla que le acarreó al jugador la sanción en el derbi pasado.
El mejor jugador del Sevilla de todos los tiempos no hace más que observar el deterioro de la figura del entrenador, que es enorme, por eso se atreve a echarle un pulso a pocos meses de dejar el Sevilla por la puerta grande, ya haga lo que haga.Más detalles
También resulta muy revelador que el otro gran capitán, Andrés Palop, apenas aparezca en las convocatorias con molestias muy parecidas a la de Kanouté. Algo está pasando y el grupo lo huele.
No en vano, ya se habla en los mentideros que Monchi, que es quien sostiene en estos momentos a Marcelino, incluso con la duda al respecto del propio Del Nido, ya estaria sondenado el mercado. Quique Sánchez Flores está dirigiendo al Al-Ahly, pero incluyó una cláusula para poder dejar el exótico fútbol árabe si le salía una propuesta de una liga europea, evidentemente como la española.
Y desde Gijón, se asegura que Míchel, que le dijo no al Zaragoza para dejarle el camino libre a Manolo Jiménez, la habría dicho al Sporting, que se cargó el martes a Preciado, que esperase una semana porque estaba pendiente de la situación de Marcelino en el Sevilla. Ambos son del agrado del director deportivo, sin duda.