El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha confiado este martes en que las negociaciones en curso para reformar la Política Pesquera Común (PPC) no exijan cesiones "sustanciales" de los Estados miembros a la Eurocámara, que defiende posiciones más ecologistas, y permita a la flota española desarrollar "con racionalidad" la actividad pesquera.
"Como todo acuerdo, todo el mundo tiene que ceder algo. Procuraremos que las cesiones no sean en ningún tema sustancial y que podamos seguir defendiendo al sector pesquero", ha declarado Arias Cañete a la prensa en Bruselas, a su llegada a la segunda jornada de negociaciones a 27, que podría alargarse hasta la madrugada.
Entre las prioridades que más preocupan a la delegación española figura mantener las exenciones previstas por los 27 a la obligación de desembarcar todas las capturas en puerto, porque la flota española cuenta con escasa cuota de capturas accesorias desde su adhesión a la UE y necesita esas derogaciones para gestionar su pesca, según ha explicado el ministro.
También espera que las almadrabas sean incluidas en la definición de buque pesquero, que se protejan las competencias del Consejo en los planes de gestión multianuales y que se tenga en cuenta el sistema de derechos transferibles (ITQ) que en España "está funcionando muy bien" para gestionar la capacidad pesquera.
Los ministros europeos de Pesca se encuentran desde el lunes en la capital europea para revisar su posición negociadora en la reforma, tras constatar en los primeros contactos con la Eurocámara que existen importantes diferencias en asuntos clave.
Ambas instituciones comparten el objetivo de avanzar hacia una pesca más sostenible, que respete el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) de las especies y que ponga fin a los descartes, esa pesca que es devuelta al mar --generalmente muerta-- por su escaso valor comercial o por las dificultades para su conservación. Sin embargo, los gobiernos defienden una aplicación gradual y flexible de estas medidas de conservación, mientras que los eurodiputados apuestan con firmeza por calendarios y ritmos más exigentes.
España sostiene que el mandato que consensuaron los 27 en febrero para encarar estas negociaciones ya demostró flexibilidad y cedió a algunas de las aspiraciones de la Eurocámara y de la Comisión, por lo que considera que son estas instituciones quienes deben revisar parte de sus posiciones.
"Nos preocupa que nuestros pescadores puedan seguir realizando su actividad con racionalidad; respetando los sistemas marinos, pero a la vez de una manera que sea posible la actividad pesquera", ha explicado el ministro español, para quien la reforma introduce "obligaciones muy novedosas" y "cambia la manera de pescar".
"España lo que trata es que ese nuevo mandato nos lleve a una reforma pesquera equilibrada, que conserve los recursos pesqueros a largo plazo, pero que también permita que los barcos españoles puedan tener unas condiciones técnicas razonables. Que la flota pueda cumplir y que el Gobierno pueda controlar", ha recalcado.
El titular español ha apuntado que el pasado febrero los Estados miembros hicieron "un ejercicio de realismo" para favorecer un acuerdo "equilibrado", mientras que la Eurocámara "mantiene posiciones en algunos temas muy radicales, que afectan y gravemente a la actividad pesquera". "Hace falta un ejercicio de aproximación por ambas partes y de diálogo", ha opinado.
Con el reto de pactar una mandato negociador revisado, que permita acercar posiciones con el Parlamento Europeo, la presidencia irlandesa de la UE, que coordina las negociaciones hasta el mes de junio, ha previsto contactos bilaterales con cada Estado miembro y la Comisión, los llamados 'confesionarios', a lo largo de todo este martes.
Antes, España ha mantenido encuentros con varias delegaciones mediterráneas, como Grecia y Rumanía, y con las de grandes flotas, como Francia y Portugal, para afianzar alianzas.
El objetivo de la presidencia es poder presentar una propuesta de compromiso a última hora de la tarde que permita al ministro irlandés, Simon Coveney, encarar el último impulso de las negociaciones con mayor margen de maniobra y lograr un acuerdo este mismo mes de mayo. Las partes intentan cerrar contrarreloj un acuerdo este mes, por temor a que de no lograrlo la reforma quede bloqueada y aplazada hasta después de 2014.