Los ingleses que trabajaron desde el siglo XIX en las minas de Riotinto no solo dejaron un legado de material minero o deportivo -crearon el Recreativo de Huelva- sino, entre otras cosas, un cementerio que ha permanecido olvidado desde hace décadas.
El abandono del cementerio es tal que a pesar de estar reconocido por la Junta de Andalucía como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2005 hay vecinos en Minas de Riotinto que jamás lo han visto y solo algunos saben la forma exacta de llegar a él, e incluso encontrarlo en medio de la maleza que el paso de los años ha formado en torno a las tumbas y muros.
Para intentar acabar con ese abandono, el Ayuntamiento ha iniciado las labores de restauración, consciente de la importancia de un cementerio que es todo un vestigio de la presencia británica en las minas de la zona en el siglo XIX, y una vez restaurado se incluirá en una ruta sobre la presencia anglosajona en suelo andaluz.
Para ello, ha hecho falta una habilidosa gestión de la alcaldesa del municipio, la popular Rosa Caballero, que ha conseguido la cesión gratuita del cementerio para el municipio, y ahora trabaja en conseguir lo 40.000 euros que harán falta para sacar adelante todo el ambicioso proyecto.
Un trabajo que se hará por fases, y visto el estado del cementerio será una labor muy complicada, aunque solo sea por las toneladas de maleza que habrá que retirar para luego llevar a cabo una limpieza más simple.
"En la primera fase se acometerá la limpieza del perímetro y del interior para acceder, y en la segunda se realizará una recogida de datos de como era el cementerio en su origen y como debería seguir siendo, además de se acometerán obras que aseguren la seguridad de muros y edificios, ya que la lluvia y el viento podrían provocar derrumbes", explica la alcaldesa.
Si todo va bien, en 2014 se llevarán a cabo la reconstrucción y rehabilitación del entorno "para la reconstrucción lo más exacta posible de como era el original", y se ubicará un aparacamiento y un centro de recepción de visitantes, todo ello con un importante matiz: "allí hay personas enterradas, y hay que trabajar con mucho cuidado y respeto".
Para la alcaldesa, el cementerio ha sido víctima "del desaire de todo lo relacionado con la Cuenca Minera", además de asegurar que no entiende como algo tan importante nunca ha sido cuidado y conservado.
El origen de este camposanto hay que buscarlo en la Rio Tinto Company Limited (RTCL), que levantó en Riotinto, a la vez que explotaba sus minas, su propio cementerio, su propio barrio, Bellavista y su iglesia presbiteriana, con los primeros enterramientos datados en 1877.
El cementerio cuenta con 56 tumbas, 47 protestantes y nueve católicas, estás últimas ubicadas en la ampliación que se realizó en 1931, y el paso del tiempo ha hecho que se pierdan algunas de sus joyas, como la capilla en memoria de Robert Russell, fallecido en 1935 en Inglaterra, y que fue el jefe del departamento de las minas entre 1889 a 1927.
A Russell se le atribuye un pionero equipo de radiografías que el propio Santiago Ramón y Cajal vio funcionar, y fue nombrado Hijo Predilecto de Riotinto en 1921, aunque su capilla, como buena parte del cementerio, ha desaparecido.
La reforma intentará no solo que sea visitable, sino también que se aseguren sobre todo los muros exteriores, levantados con materiales demasiado endebles, y que han terminado siendo vencidos por la maleza en algunos puntos, aunque la reforma que el Ayuntamiento encabeza le quiere devolver a este camposanto una vida que, irónicamente, siempre tuvo.