Bien es sabido que la relación entre Blanca Suárez y Miguel Ángel Silvestre no puede presumir de ser idílica. A lo largo de todo su noviazgo hemos podido ver escenas tiernas y dulces, pero también momentos más tristes y amargos.
Hace poco presenciábamos una de esas escenas. La pareja se decidía a pasar una agradable velada en un conocido restaurante de Madrid. Sin embargo, sus caras eran reflejo de todo lo contrario.
Rodeados de especulaciones sobre su relación y con rumores de una posible ruptura, veíamos como Blanca y Miguel Ángel hablaban seriamente el uno con el otro, mostrando todo menos complicidad. La joven actriz no puede reprimir las lágrimas ante las palabras de MAS, que aunque coge sus manos, se muestra distante.
No es la primera escena que nos incita a pensar que las cosas entre la joven pareja de actores no van bien. Ya os contábamos en CHANCE como vivían otro momento tenso en el estreno del musical 'Hoy no me puedo levantar' al que acudían ambos, y en el que mantuvieron otra conversación en la que la actriz se mostraba de lo más disgustada.
Al igual que en aquella ocasión, en esta la pareja salía por separado y por lo que reflejaban sus rostros, no muy contentos.
Sin embargo, no siempre las cosas van a ser tan negativas. Parece que la pareja ha querido luchar por su amor y poco a poco han vuelto a encauzar su romanticismo y volver a encontrar la chispa del amor. Por ello, hemos podido verles recientemente protagonizando escenas mucho más cariñosas que las contadas sobre estas líneas.
Blanca y Miguel Ángel han vuelto a compartir momentos de complicidad. Vuelven a mostrarse como pareja y no dudan en pasar las tardes juntos, intentado hacer borrón y cuenta nueva, como si nada hubiese pasado ajenos a los rumores de ruptura que se habían cernido sobre ellos. Como una pareja más acuden al cine y hasta podemos verles abrazados en la taquilla mientras deciden qué película ver.
En esta otra tesitura, un día soleado de otoño parece perfecto para pasear al famoso perro Pistacho, que tiene la pareja y disfrutar el uno del otro. Con un look muy de sport, la pareja se enfundaba las sudaderas y las deportivas. La feliz pareja pasea agradablemente por el parque y no paran de hacerse arrumacos cada dos pasos. Incluso aprovechan el agradable paseo para inmortalizar el momento y sacar alguna que otra instantánea con la cámara que Blanca lleva colgada al cuello para luego sentarse y verlas juntos. Ríen, juegan, posan con Pistacho, la complicidad parece haber vuelto a sus vidas.
Momentos como estos nos hacen ver que la chispa que un día les enamoró sigue viva y que, dejando atrás todos los rumores, no tienen problema en salir y pregonar su amor a los cuatro vientos. Así es como nos gusta verles, felices y enamorados. Esperamos que esta nueva etapa les dure mucho tiempo.