La operación antiterrorista que ha supuesto la detención de nueve presuntos miembros de ETA ha sido un duro varapalo para esta organización, en unos tiempos difíciles para esta banda, como el propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, reconocía ante los medios de comunicación. Y es que aunque no se puede decir con exactitud que Martitegi fuera el número uno de ETA, lo que está claro que sí era el jefe del aparato militar de esta organización y por tanto supone todo un éxito de los cuerpos de seguridad del Estado. Aunque la banda sustituye pronto cuando se producen este tipo de detenciones, sin duda, tal como el ministro del Interior resaltó, estas operaciones merman la capacidad de actuación pero también la moral de aquellos que siguen luchando por esta causa. Aún así el ministro señaló que la disyuntiva de ETA entre continuar atentando o dialogar es falsa, puesto que “el diálogo es el pasado y el pasado nunca vuelve”. Y es que según los comentarios que se hacen, existe un debate en el seno de ETA sobre si seguir o no seguir con su actividad delictiva, y precisamente cuestiones como ésta, pueden hacer tender la balanza hacia el lado del diálogo en vez de la violencia.