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Lunes 17/06/2024
 

Un gobierno excepcional para una grave situación

Igual que por el número de consejerías y sus parcelas se pueden definir las líneas de trabajo de la Junta, por sus consejeros se intuye cuáles son las principales intenciones del nuevo presidente, José Antonio Griñán...

Igual que por el número de consejerías y sus parcelas se pueden definir las líneas de trabajo de la Junta, por sus consejeros se intuye cuáles son las principales intenciones del nuevo presidente, José Antonio Griñán. Lo primero que llama la atención es que ha requerido los servicios de quienes mejor conoce. Como debe ser, el nuevo presidente busca a personas de confianza para dos cargos de extrema delicadeza. El de Presidencia se lo encomienda a Antonio Ávila, que deja de ser secretario general de Economía para coordinar todo el trabajo de Gobierno como heredero del puesto de Gaspar Zarrías. Por otro lado, la que fuera número dos de Griñán, su viceconsejera Carmen Martínez Aguayo, será la que dé la cara ante la crisis porque será la responsable de Economía y Hacienda. Dos personas de confianza para dos puestos clave.

Por otro lado, la polémica proposición a la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, y su no menos polémica aceptación para hacerse cargo de nada menos que Obras Públicas, demuestra que verdaderamente algo ha cambiado en el Gobierno andaluz. Aguilar, que siempre ha guiñado un ojo a los socialistas, y que gobierna con ellos en coalición en Córdoba, ha demostrado que Izquierda Unida también es capaz de gestionar un gran municipio sin importar la ideología y sin tener que cambiar radicalmente el sistema. En el camino se queda un consejero de la provincia, Luis García Garrido, que no debe caer en el olvido para la Junta porque precisamente en su campo supo proyectar bien para Cádiz. La marcha de Aguilar supone un golpe durísimo para IU. Ella era un referente, una cara y una forma de gobernar conocida por los ciudadanos. La prueba de fuego de IU son las próximas europeas, en las que puede confirmarse su debacle.

Si estos consejeros, con nombres de peso como Luis Pizarro o Mar Moreno, superan el examen o no, se decidirá pasado el preceptivo tiempo. Una vez se compruebe que verdaderamente se trabaja para solucionar la crisis y no para paliar los efectos, se les valorará posivamente. Los problemas a los que se enfrenta Griñán son considerables y excepcionales. Por eso es alentador que, de momento, se haya atrevido a realizar nombramientos extraordinarios, en su más estricto significado.

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