No hace mucho un medio de comunicación gaditano informaba de que el “el sector del taxi también ha emprendido una importante labor de modernización con el objetivo de adaptarse a los tiempos y, principalmente, a las nuevas tecnologías.” Esta novedad consiste en el acceso de las personas a una aplicación para appel (app) denominada “Pide Taxi”. Con ella descargada en el móvil es posible conocer la disponibilidad de Taxis en su zona y avisar al taxista para que lo recoja.
Buena iniciativa que además de ser gratuita, se convierte en alternativa a los super-negocios que las multinacionales de la comunicación harán a través de las app, a corto plazo, como Bla Bla Car, por ejemplo, ya que los canales de los internautas, como antaño los caminos, estarán controlados por quienes detentan el poder. Impondrán al que conecta y al conectado una cuota de conexión. De momento mediante estas aplicaciones app gestionadas por empresas que en teoría sacan su beneficio de la publicidad, las personas que tienen coche pueden ofrecer compartirlo con otras en el viaje que tienen proyectado. Parece, sólo parece, un choque de intereses entre quienes trabajan legamente en el sector del transporte de viajeros y quienes de forma “amateur” lo hacen esporádicamente. Pero este asunto llega mucho más lejos porque a quienes se profesionalizan en este sector se les exige por ley documentos, licencias, impuestos… mientras que al conductor que ofrece compartir “gastos” con otros viajeros, nada se le pide. Cualquier persona es libre de montar en su vehículo a quien quiera, lo que no parece razonable es que el sector del transporte, sobre todo interurbano, aunque en grandes ciudades puede darse en el urbano también, se produzca una irrupción de centenares o miles de “comparto-coche”, que afectan o pueden llegar a afectar a la viabilidad de las pequeñísimas empresas que son los taxis en este país. Si a ello se le suma la piratería en el sector que desarrollan organizaciones de “particulares” que llevan y traen desde el puerto, ferrocarril, autobuses o aeropuertos a miles de personas de forma fraudulenta, el panorama no puede ser más desolador.
Y ya que de Taxis se trata, bueno sería que la Junta de Andalucía, emulara a su homóloga en Madrid y acordara con el sector del taxi, el transporte de pacientes a centros de salud, siempre que no requieren servicios de ambulancias, más caros evidentemente. De hecho el Gobierno regional madrileño también ha acordado reforzar el transporte sanitario de los 1.500 pacientes que precisan diálisis. Sería una buenísima noticia para los cientos de personas que deben varias veces semanalmente ser trasladados al hospital de la Línea de la Concepción para someterse a este tratamiento.
Fdo Rafael Fenoy Rico
