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Es el cambio (de caras) que viene. A Rajoy han pretendido, fundamentalmente algunos de los suyos, darle la boleta, aunque no encontraron el rostro de relevo. La alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, ha dado el triple salto mortal, ha roto sus promesas y ha abandonado la ciudad que le dio el sillón municipal. No será la única figura emblemática local que cambie, porque ya hay incluso quien habla de Rita Barberá como posible candidata a la presidencia de la Generalitat valenciana si las maniobras contra Camps lograsen –lo que yo no creo– desanimarle tanto que le hiciesen tirar la toalla.
¡Y, pensando en esta revolución de fisonomías –que no de ideas ni de programas– al mismísimo Zapatero tuve ocasión de preguntarle recientemente, de pasada y en uno de esos encuentros fortuitos de pasilleo, si alguna vez se le ha pasado por la cabeza no presentarse a las elecciones de 2012: simplemente se limitó a mirarme como si me hubiese vuelto loco.
Pero sí, es el caso que estamos en la era de la gran movida y ello tiene, lógicamente, que afectar a quienes llevan muchos años en el machito, entre ellos buena parte de quienes presiden las comunidades autónomas. Las peleas por la sucesión van a ser bastantes y están abiertas: apasionante panorama el de los próximos meses.