Siete vicepresidencias

Podían haber sido necesarias catorce. Pues catorce se hubieran puesto. Es la nueva política. Es la radical renovación del municipalismo que está empezando  -y falta un mes-  a ser valorado muy positivamente en el mundo local europeo y mundial. Se trata de la elección de los cargos de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias  (FAMP). Tras cuatro años de presidencia, con la antigua alcaldesa de Marbella del Partido Popular, Ángeles Muñoz, de “okupa” legal en la benemérita institución, porque, tras la dimisión del alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, indignado  por  el ninguneo, se aposentó la primera edil marbellí en la deseada butaca de esta presidencia, como lo hubiera hecho de cualquier otra –es lógico pensar- por la contumacia en su mantenimiento, que ha dejado bloqueada a la federación municipal tres años casi completos. Toscano, en 2012, no permitió que el PSOE, a sus espaldas, pactase la presidencia para quien – cuatro años más tarde- todo apunta que la va a ocupar, el presidente de la diputación de Sevilla, Rodríguez Villalobos.  En aquel momento lo dijo claro: "A veces, las direcciones de los partidos quieren tener todo controlado y no hay que temer compartir el poder. Algunos compañeros del partido priman el control político cuando, para mí, deben primar siempre los ciudadanos". Y se fue. La vicepresidenta, que estaba al acecho, ocupó la presidencia y allí estará hasta el 21 de noviembre, fecha de la nueva asamblea general de la FAMP.  Se esperan más corresponsales extranjeros en al acto de constitución que en el fallido y controvertido referéndum - que no lo era- catalán. Dada las veleidades particularistas que asola España -y que están echando raíces también en Andalucía-  en las que el gobierno andaluz nunca se queda atrás,  puede pasar cualquier cosa. Esperemos que no se inicie un proceso soberanista. Pero de  este galimatías se va a salir como por ensalmo por  las siete vicepresidencias que se han pactado entre todos los partidos- y los ya no partidos – porque también ha firmado el PA, que ahora es una asociación cultural.  Que reine la felicidad y que no olviden los –por lo visto- odiados consejos de Jefferson: “Soy opuesto a la multiplicación funcionarios y sueldos meramente por conseguir simpatizantes”. Lo listo que era Thomas Jefferson, por eso es Padre Fundador de la democracia americana.