Las artes pictóricas están ante una revolución como lo fue la llegada de la acuarela o la fotografía: el lienzo 3D. No sería de extrañar que en cinco o siete años empezáramos a notar la proliferación de museos y galerías donde los cuadros sean un holograma tridimensional o se vean “desde dentro”, colocándonos un casco de Realidad Virtual para disfrutar de la obra. La llamada pintura 3D está en boca de muchos pintores profesionales y de renombre, es un terreno virgen que miles quieren explorar y resulta de lo más apasionante en coloquios y charlas profesionales de este arte milenario. 2016 es el año de la Realidad Virtual, PlayStation VR, Oculus Rift, Samsung Gear VR o HTC Vive van a llenar las estanterías de las tiendas a partir del mes que viene, y las artes plásticas ya valoran su uso y posibilidades.
Hasta hoy, la pintura siempre era bidimensional, con tridimensionalidad en casos donde se daba la mano de la escultura. Líneas hacia arriba, abajo, izquierda o derecha, con colores, matices, curvas, variantes y texturas, pero nunca antes se había podido dibujar en el aire, sobre un lienzo espacial vacío, líneas hacia dentro y hacia fuera, en profundidad y relieve. Hasta hoy. La realidad virtual traslada al espectador a un mundo virtual, y, por qué no, a un mundo que es un lienzo en sí mismo. Si a esto sumamos que ese usuario del casco puede tener un pincel “mágico” en cada mano y trazar líneas en el aire, ya lo tenemos: se crean dibujos tridimensionales que pueden ser compartidos, por ejemplo, imprimiendo el resultado en una impresora 3D. Los mandos y controladores de realidad virtual, con sensores de movimiento, responden perfectamente a los giros de muñeca del pintor.
Puede parecer abstracto y futurista, pero no lo es en absoluto. Son muchos los autores de renombre que ya usan Oculus Rift o HTC Vive para sus creaciones pictóricas y exponen con el casco puesto. De hecho, las empresas de ambas gafas de Realidad Virtual saben el potencial de todo esto y ya tienen en marcha softwares de creación, expresión artística y dibujo tridimensional, como es el caso de Tilt Brush, un programa creado por Google que va a dar mucho que hablar en este campo. Glen Keane, uno de los ilustradores y dibujantes míticos y más conocidos de Walt Disney Studios, ya está fascinado con esta tecnología como puede verse en este impresionante vídeo. Fue el encargado de dar vida a personajes Disney inconfundibles como son La sirenita, Aladdín, La bella y la bestia o Tarzán, y para él esto de la pintura tridimensional supone “el siguiente paso en la forma de contar historias o expresarse con dibujos e imágenes”.
Junto a él, tanto pintores realistas que buscan llevar al espectador hasta dentro de su obra como abstractos que encuentran esa profundidad deseada y sensorial ahora más cerca y fácil de comunicar que nunca. La tecnología al servicio del arte, una vez más. Ya con la invención de la fotografía o del cine los ilustradores vivieron una revolución. Aquí ha llegado la siguiente, y en vez de verla como la amenaza más absoluta a su idolatrada profesión, a la gran mayoría está entendiendo la Realidad Virtual como una oportunidad para su arte. Al fin y al cabo, para dibujar en el aire y en un universo paralelo y virtual, hay que seguir sabiendo dibujar.
